El absentismo laboral por razones médicas se ha duplicado en la última década y ha disparado las alarmas en organismos económicos como el Banco de España y el Banco Central Europeo. Tras la pandemia, cuando estas bajas laborales se enmarcaban en un contexto de crisis sanitaria, el porcentaje de horas que se pactan con la empresa, pero no se trabajan por enfermedad está en niveles históricamente altos, alrededor del 5% en España. Son cálculos de Randstad Research a través del Instituto Nacional de Estadística (INE), pero que calan ya en los supervisores nacionales y europeos.
"En los últimos trimestres, estamos viendo que las horas trabajadas efectivas son menores que las pactadas por un incremento muy importante en las bajas laborales. Sería muy necesario de cara al futuro, especialmente en el debate de la reducción de la jornada laboral, entender qué está pasando con la jornada laboral efectiva y las bajas por enfermedad, que han despuntado", dijo Ángel Gavilán, director de general de Economía y Estadística del BdE, en la presentación de las últimas proyecciones macroeconómicas el pasado 19 de diciembre.
Un día después, el director general de Economía del BCE, Oscar Arce, alertó de este asunto en un evento organizado por CUNEF y el Instituto Español de Banca y Finanzas (IEBF): "Mis colegas de Frankfurt están trabajando en unas cifras que, cuando me las expusieron por primera vez, me impresionaron. Desde antes de la pandemia, la caída en el número promedio de horas trabajadas en la zona euro al año es de 10 horas. El aumento en ese mismo periodo del número de horas perdidas por bajas médicas es de 5 horas. Es decir, se está produciendo un aumento muy significativo, todavía desde niveles bajos, en el número de horas perdidas por bajas laborales".
En el mismo encuentro, Esther Gordo, directora de la división de Análisis Económico de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), también hizo referencia a este fenómeno. "Las horas no se han recuperado igual que el empleo y estamos viendo que las ausencias por enfermedad están aumentando. Los economistas tenemos que ver ahora qué hay detrás con esa caída de las horas, porque todavía no tenemos un diagnóstico claro", dijo.
130 millones de horas perdidas en un mes
Los cálculos de Randstad Research con los últimos datos del INE, referentes al tercer trimestre de 2023, apuntan a que las horas perdidas en un mes como consecuencia de las bajas médicas entre los asalariados ascienden a 130,5 millones. En términos relativos, esto representa el 4,7% de todas las horas pactadas, una cifra que dobla de la 2013 (2,3%).
Valentín Bote, director de Randstad Research, comenta a este periódico que "en un contexto en el que en términos de prevención de riesgos laborales no estamos peor que hace una década y en términos de salud tampoco, el hecho de que las bajas se hayan duplicado lo único que lleva a pensar es que hay cierto comportamiento espurio, que no es genuino, y esto es algo que podría explicar muchas cosas, pero con la inquietud de que hay un médico de por medio concediendo esas bajas".
Los expertos detectan que en España hay un claro paralelismo entre el ciclo económico y las ausencias por enfermedad no laboral. El absentismo por bajas médicas sube en los momentos en que la economía va bien y baja cuando la economía va mal y hay riesgo de que te puedan despedir. Esto, según Javier Blasco, director de The Adecco Group Institute, apunta a que "pueden existir prácticas que no siempre deberían suponer una baja al no ser incapacitantes".
La cuestión es cuántas de esas bajas podrían considerarse fraudulentas o abusivas, un asunto sobre el que no hay registros ni datos oficiales. Desde Adecco Group Institute aseguran a este periódico que las propias empresas identifican el fraude en un porcentaje próximo al 10%.
Más presión en las plantillas
Este incremento de las bajas por enfermedad, que Arce mencionó como un factor que aviva el problema de la productividad que tiene España desde hace años y empieza a sufrir también la Eurozona, se suma a la falta de mano de obra y "posiblemente está haciendo que muchas empresas se lo piensen todavía más a la hora de despedir a trabajadores porque les pueden necesitar para sustituir a compañeros".
También el Banco de España considera que antes de adoptar medidas en materia laboral, como la reducción de la jornada legal a 37,5 horas, debería estudiarse primero este asunto y fijarse en la jornada efectiva, la que realmente se trabaja, que también se ha ido reduciendo con los años por los cambios en el sector servicios, la incorporación de la mujer al mercado laboral (asociada a jornadas parciales) y el envejecimiento poblacional.
Gavilán destacó que "las horas efectivamente trabajadas en la economía española están ya por debajo de las 37,5 horas". Si se deja fuera a los autónomos y a los asalariados a tiempo parcial, a los que se entiende que no afectaría directamente la reducción y sesgan a la baja el dato, la jornada media contratada en España se localizó en 2022 en las 39,3 horas semanales; y la efectiva, en 38 horas.
Para Gavilán, esto hace que sea "difícil" estimar ahora un impacto de la reducción legal de horas trabajadas sin saber cómo se filtrará en horas pactadas y efectivas. BBVA Research ya ha advertido de que la reducción de la jornada laboral máxima legal "puede tener efectos significativos en la actividad y el empleo, sobre todo para algunos sectores y colectivos". En concreto, "podría restar en torno a 6 décimas al crecimiento medio anual del PIB durante el próximo bienio y ocho décimas al del empleo".
Asimismo, Gavilán cree que estas decisiones deberían adoptarse siempre "en línea con la evolución de la productividad". Es decir, que la reducción se justifique con un incremento de la productividad, y no al revés. "Para nadar está claro que por reducir las horas vayamos a aumentar la productividad", advirtió el director general de Economía y Estadística del BdE.
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