La Comisión Europea mantiene intacta su previsión de crecimiento de la economía española. Espera que el Producto Interior Bruto (PIB) crezca este año un 1,7%, como anticipó en noviembre, pese al crecimiento más intenso en el último trimestre de 2023 (0,6%), que tiene un efecto arrastre positivo en 2024. Los motivos son la debilidad exterior, el impacto retardado de la subida de tipos, y la desaceleración del empleo.
De esta forma, deja sus perspectivas tres décimas por debajo de las del Gobierno, que asegura que el PIB aumentará un 2% este año. La OCDE y el FMI también revisaron en las últimas semanas sus perspectivas para los distintos países y dejaron la de España en el 1,5%, a medio punto de la previsión oficial del Ejecutivo. De esta forma, prevén una desaceleración del PIB, que creció un 2,5% en 2023.
"Se prevé que el crecimiento del PIB real se modere hasta el 1,7% en 2024 debido a la combinación de varios factores. En el ámbito externo, se espera que el debilitamiento del impulso del sector turístico y la todavía débil situación económica de los principales socios comerciales de España limiten el dinamismo de las exportaciones. En el frente interno, el impacto retardado de los aumentos de las tasas de interés pesará sobre la demanda interna, especialmente a la luz de los ratios deuda interna y externa/PIB aún elevados, aunque en disminución", comenta la Comisión.
Aún así, Bruselas espera que el consumo y la inversión sostengan la expansión económica este año, beneficiándose también de un remanente de 2023 mayor de lo previsto. El consumo privado se verá respaldado por mayores ganancias reales de los ingresos de los hogares y por el uso parcial de el todavía elevado nivel de ahorro de los hogares. Tras el dinamismo mostrado en 2023, prevé que el crecimiento del empleo se desacelere este año, pero siga contribuyendo a sostener la actividad económica.
En cuanto a la inversión, espera un impulso por la aplicación más amplia del Plan de Recuperación y Resiliencia. "También se verá respaldado por la sana situación financiera de las sociedades no financieras y la flexibilización esperada de las condiciones de financiación durante el horizonte de previsión", añade. En este sentido, prevé que el crecimiento del PIB se acelere nuevamente en 2025, hasta el 2%, gracias al revitalizado crecimiento de la inversión y la contribución positiva proyectada de la demanda externa.
En el conjunto de la eurozona proyecta un crecimiento del 0,8% este año y del 1,5% en 2025. Alemania crecerá, según Bruselas, sólo un 0,3% este año; Italia, un 0,7%; y Francia, un 0,9%. El año próximo crecerán un 1,2%, 1,2% y 1,3%, respectivamente.
Inflación media del 3,2%
En este informe intermedio de invierno, la Comisión Europea también actualiza sus previsiones de inflación. En España espera que este año la media se sitúe en el 3,2%, con la tendencia a la baja de los precios subyacentes. En todo caso, advierte de que "se espera que las presiones continúen en los próximos trimestres", lo que evidencia que a ojos de Bruselas la batalla aún no está ganada.
Al mismo tiempo, apunta que la esperada eliminación gradual de la mayoría de las medidas gubernamentales para mitigar el impacto de los altos precios de la energía ejercería una presión al alza sobre la inflación. En todo caso, espera que la inflación siga disminuyendo hasta el 2,1% en 2025, en línea con el resto de la eurozona y ya en niveles aceptados por el Banco Central Europeo (BCE).
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