La economía española se recuperó de la pandemia en 2022. Dos años después del duro golpe que supuso el confinamiento, el Producto Interior Bruto (PIB) volvía a su ser, los niveles que tenía en 2019. Desde entonces ha seguido creciendo y, gracias al intenso repunte del 2023, está ya cerca de un 2,5% por encima, confluyendo así con el resto de la Unión Económica y Monetaria (UEM).
La situación es bien distinta si se mide el PIB per cápita, donde la baja tasa de empleo y la baja productividad impide que los españoles prosperen económicamente, con una notable diferencia respecto al avance experimentado en el resto de la Unión. Esta desventaja, sufrida en España durante décadas, empeoró con la pandemia y apenas se ha logrado volver al punto de partida.
De esto advierte el Banco de España (BdE) en sus últimas proyecciones macroeconómicas: la pandemia ha creado un nuevo gap respecto a la UE que se suma al que ya existía. Asumiendo el 2019 como punto de partida y obviando la brecha estructural que existía antes (de unos 14 puntos), en 2022 la renta por habitante en España estaba aún por debajo y era un 96% de la registrada en la eurozona. Es decir, ha empeorado en cuatro puntos.
Sus estimaciones apuntan a que el PIB ajustado por población habría recuperado el nivel previo a la pandemia en 2023, pero esa nueva brecha respecto a la UE sigue existiendo. De hecho, el supervisor bancario prevé que se mantenga durante todo el horizonte de proyección, que abarca la mayor parte de la legislatura actual, hasta 2026. Dicho de otra manera, en 2026 España seguirá sufriendo una brecha mayor de la que tenía en 2019.
Según los cálculos del Banco de España, con datos propios y del Eurosistema, mientras el PIB real se mantendrá en niveles similares a los de la Eurozona, la renta per cápita crecerá modestamente, de forma pareja a la Eurozona, lo que será insuficiente para cerrar el diferencial negativo generado por la pandemia. Es decir, seguirá cerca de dos puntos por detrás de la media europea (lo que situará el gap total en el entorno del 16%).
"Una parte muy importante del crecimiento de la economía española en los últimos años se ha debido al aumento de la población, sin mejoras significativas en la productividad. El PIB per cápita y la productividad en España han mostrado avances muy modestos -en términos absolutos y en comparación con la UEM-, unas dinámicas que se espera que continúen a lo largo de todo el horizonte de proyección", apunta el BdE.
Dicho de otra manera, la renta per cápita, al dividir la producción entre todos los habitantes de un país, elimina la distorsión que genera la población. Y en el caso de España, evidencia que la riqueza de los españoles no ha avanzado tanto en los últimos años como pareciera si se observa el PIB. Apenas ha logrado recuperar el punto de partida, que ya era de clara desventaja.
Tal y como apunta el Instituto de Estudios Económicos (IEE) en un reciente informe, la brecha de renta per cápita frente a la Eurozona sigue siendo la misma que existía en 1995: próxima al 18%. En el periodo de expansión económica, hasta 2008, se vio considerablemente reducida, pero a raíz del estallido de la crisis financiera y de deuda soberana, el PIB per cápita de España se volvió a alejar del promedio de nuestros socios comunitarios. La pandemia volvió a empeorar la situación.
"Tras más de cuarenta años de convergencia con la Unión Europea, la economía española ha tomado, desde la crisis financiera y de la deuda de 2008-2012, un camino divergente, con una renta per cápita que se encuentra en niveles de 2006. En MacroInsights prevemos que las principales economías del este de Europa se acerquen o superen los 60.000 dólares en 2040, mientras España estará en torno a los 45.000, un 30% por debajo", advierte Toni Roldán, director de EsadeEcpol, en un análisis para la consultora EY.
El gran mal de la economía española reside en la productividad. Según los cálculos del Banco de España, en cuatro años, entre 2019 y 2023, la productividad por hora trabajada ha crecido en un punto porcentual. Un incremento que consideran "muy modesto". En este sentido, los expertos piden reformas y políticas basadas en evidencias que aborden esta "parálisis de la productividad" que arrastra la economía española.
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