El Producto Interior Bruto (PIB) de España está ya un 2,5% por encima de los niveles prepandemia, tras recuperarse del duro golpe que supuso la crisis sanitaria para la actividad económica en 2022. El crecimiento más intenso del último año ha estrechado la brecha con la Eurozona, que recuperó un año antes los niveles de 2019. En 2023 estaba ya un 3,4% por encima.
Sin embargo, de los 2,5 puntos porcentuales que ha crecido el PIB de España con respecto a 2019, 2,3 puntos son consumo público, según las cifras provisionales del Instituto Nacional de Estadística (INE). Dicho de otra manera, tras la recuperación del punto de partida, el nivel previo a la pandemia, la economía no habría avanzado prácticamente nada de no ser por el mayor gasto de las administraciones públicas.
María Jesús Fernández, economista senior de la Fundación de las Cajas de Ahorro (Funcas), detalla que la formación bruta de capital (la inversión) ha restado 0,7 puntos porcentuales al crecimiento respecto a 2019, mientras que el sector exterior ha aportado 0,7 puntos y el consumo privado, tan sólo una décima.
La inversión empresarial encadena dos trimestres de caídas consecutivas y es la única variable del PIB que no ha recuperado todavía los niveles prepandemia. Es más, en los últimos trimestres se ha alejado aún más y cerró el 2023 un 5% por debajo del nivel que tenía en el cuarto trimestre de 2019. Con datos anuales, en 2023 se situó un 3,7% por debajo de 2019.
Más brecha en el PIB per cápita
La situación es distinta si se mide el PIB per cápita, donde la baja tasa de empleo y la baja productividad impide que los españoles prosperen económicamente, con una notable diferencia respecto al avance experimentado en el resto de la Unión. Esta desventaja, sufrida en España durante décadas, empeoró con la pandemia y apenas se ha logrado volver al punto de partida.
De esto advirtió el Banco de España (BdE) en sus últimas proyecciones macroeconómicas: la pandemia ha creado un nuevo gap respecto a la UE que se suma al que ya existía. Asumiendo el 2019 como punto de partida y obviando la brecha estructural que existía antes (de unos 14 puntos), en 2022 la renta por habitante en España estaba aún por debajo y era un 96% de la registrada en la Eurozona. Es decir, había empeorado en cuatro puntos.
Sus estimaciones apuntaban a que el PIB ajustado por población habría recuperado el nivel previo a la pandemia en 2023, pero esa nueva brecha respecto a la UE sigue existiendo. De hecho, el supervisor bancario prevé que se mantenga durante todo el horizonte de proyección, que abarca la mayor parte de la legislatura actual, hasta 2026. Dicho de otra manera, en 2026 España seguirá sufriendo una brecha mayor de la que tenía en 2019.
"Una parte muy importante del crecimiento de la economía española en los últimos años se ha debido al aumento de la población, sin mejoras significativas en la productividad. El PIB per cápita y la productividad en España han mostrado avances muy modestos -en términos absolutos y en comparación con la UEM-, unas dinámicas que se espera que continúen a lo largo de todo el horizonte de proyección", apunta el BdE.
Crecimiento por acumulación de stock
Además, en una presentación publicada esta semana también por el Banco de España, se advierte de que en el último trimestre de 2023 el PIB creció prácticamente el triple de lo esperado, un 0,6% según el INE, fundamentalmente por la acumulación de existencias por parte de las empresas. Esto significa que los agentes se prepararon para una actividad mayor de la que realmente se dio, lo que aportó casi cinco de las seis décimas que creció el PIB respecto al trimestre anterior.
De no ser por esta variable y por el consumo público, el PIB habría caído, tal y como apunta Gregorio Izquierdo, director general del Instituto de Estudios Económicos (IEE) en declaraciones a este periódico. El economista advierte de que sobre estas dos variables no se puede asentar el crecimiento potencial a largo plazo, como sí ocurre con la inversión.
El incremento del consumo público acarrea una acumulación de déficit y deuda pública, que se mantienen en niveles elevados pese a la mejora del denominador (el PIB). Por su parte, la variación de existencias se produce en un trimestre puntual, pero previsiblemente los agentes se desharán de ese exceso de stock en los próximos periodos, reduciendo su peso en el crecimiento del producto interior bruto.
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