Macroeconomía

El Gobierno insaciable: el aumento del gasto equivale ya a una empresa tan grande como Iberdrola

Hay economistas que ponen en duda las promesas de Moncloa con el déficit. La clave está en el incremento imparable del gasto, cuyo techo ha crecido en 80.000 millones desde 2018

El primer servicio de estudios que ha reaccionado al nuevo techo de gasto del Gobierno es uno de los que más acierta. Y no se cree que la coalición va a ser capaz de cumplir lo prometido con el déficit. El 'think tank' en cuestión es Equipo Económico (Ee). Y la causa que alegan sus analistas es "el desequilibrio de las cuentas públicas", que constituye un "destacado talón de Aquiles" de la economía española.

El informe en cuestión se difundió este jueves, 48 horas más tarde de que el Consejo de Ministros aprobara el techo de gasto y la revisión del cuadro macroeconómico. Ambos hitos llaman la atención por diferentes motivos. Por un lado, el Gobierno vuelve a elevar el techo presupuestario hasta otro nivel récord (195.353 millones, que crecen hasta los 199.171 millones si se suman los fondos europeos). Por otro, dibuja un escenario 'macro' demasiado optimista respecto al déficit.

La vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, aseguró en la presentación que el incremento del límite de gasto para 2025 es "relevante, pero prudente". Son 6.138 millones más, un 3,2% superior. La comparativa cambia si se mide la evolución desde el inicio de la primera legislatura. El 20 de julio de 2018, Montero -junto a la entonces vicepresidenta económica, Nadia Calviño- presentó el primer 'techo' de la era Sánchez: 125.064 millones para 2019, un 4,4% más que el marcado el año anterior por Mariano Rajoy.

El balance arroja un aumento de 70.289 millones, que crece hasta los casi 80.000 millones si la comparación se calcula desde el último techo fijado por el PP. Hablamos de cuantías equiparables al valor de un gigante empresarial de la talla de Iberdrola, cuya capitalización bursátil ronda los 73.000 millones. Un ejemplo más: todo el dinero gastado demás respecto a 2018 permitiría comprar CaixaBank y Ferrovial juntas.

La falta de disciplina fiscal es preocupante, entre otras cosas, porque el Gobierno está financiando cada vez más gastos permanentes (como la subida de las pensiones) con ingresos coyunturales (como los que ha propiciado la inflación en la recaudación de Hacienda). Esa tendencia propicia que cada vez más economistas respalden la buena salud del PIB, pero desconfíen de las promesas en materia de déficit y deuda.

El informe de Equipo Económico, liderado por Ricardo Martínez Rico, es un ejemplo. Comparte la última previsión del Gobierno sobre el avance del PIB (2,4%). Sin embargo, sus economistas discrepan sobre la senda de déficit que plantea Moncloa, al estimar un 3,4% al cierre de año y un 3,2% para 2025. El cuadro macroeconómico oficial espera un déficit del 3% en 2024 y del 2,5% el siguiente.

"El desequilibrio de las cuentas públicas se presenta de esta forma como uno de los mayores desafíos para España, poniendo de nuevo el foco en el debate sobre su sostenibilidad", advierte el informe, que tira por tierra también la previsión oficial sobre el empleo. El Ejecutivo espera que la tasa de paro baje al 11,1% este año y al 10,2 el próximo. Los economistas de Ee, por el contrario, elevan el indicador al 11,7% en 2024 y al 11,5% el siguiente año.

La regla de gasto, amenazada

La manga ancha presupuestaria tiene otras consecuencias. Por ejemplo, el elevado riesgo de saltarse la regla de gasto este año. Esta es una de las advertencias que realizó esta semana la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF). Su presidenta, Cristina Herrero, también compareció este miércoles para analizar las últimas previsiones del Gobierno.

Su Informe confirma "el dinamismo del gasto y el riesgo de incumplimiento tanto de la regla de gasto nacional aplicable a la Administración Central, las CCAA y las corporaciones locales, como de la recomendación emitida por la Comisión Europea para España, que limita el gasto computable total de las Administraciones públicas al 2,6%".

El récord de gasto público acarrea una consecuencia más. "Las demandas continuadas de mayor gasto público generan la necesidad de una carga fiscal creciente", recuerdan los economistas de Ee. Esa necesidad para generar ingresos, "en un escenario de fragmentación política y de falta de apoyo a las reformas", acaba endosando toda la presión a los empresarios, convertidos -a su pesar- en paganos de las decisiones de gobernantes manirrotos.

El Instituto de Estudios Económicos (IEE) calculó que bastaría con aplicar un plan decidido de eficiencia para ahorrar 60.000 millones de euros a las arcas públicas. El 'think tank' asegura que se podría recortar un 14% el gasto público ofreciendo el mismo nivel de servicios públicos.

Ahora bien, ese plan requeriría medidas como la "evaluación constante de las políticas públicas", una gestión más "profesionalizada e independiente", reducir la pesada carga burocrática o implantar "mecanismos de transparencia y de rendición de cuentas".

Las posibles soluciones están detectadas. Lo que falta, pues, es voluntad política para apretarse el cinturón y gastar con eficiencia. De momento, la economía española no contará ni con una cosa ni con la otra. Ya está aprobado un nuevo techo de gasto récord.

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