La inflación cerrará el año 2023 aún por encima de los niveles que el Banco Central Europeo (BCE) asume como estables. Ha sido un año de encarecimiento general, con los alimentos en cabeza, y el drama es que llueve sobre mojado. Las familias afrontaron en 2022 la mayor pérdida de poder adquisitivo en décadas, pues los precios subieron de media un 8,5%, muy por encima de los salarios. Este año sí han sido capaces de cubrirse con revalorizaciones salariales similar a la inflación, pero arrastran todo lo anterior.
Con datos de remuneración por asalariado (en base a la contabilidad nacional) Raymond Torres, director de Coyuntura Económica de Funcas, calcula que, desde inicios de 2021, los salarios han subido un 8,4%, frente al 16% de los precios. En este sentido, estima que la pérdida de poder adquisitivo alcanza el 6,6%. En todo caso, la inflación ya más moderada este año, del 3,6%, ha resultado más asumible en las negociaciones colectivas y, por tanto, ha reducido el impacto sobre las familias.
"Ha habido una cierta recuperación de la capacidad adquisitiva que se perdió, hasta el punto de que la tasa de ahorro en la primera mitad del año ha sido relativamente elevada, del 11%, cuando en el periodo prepandemia no llegaba al 7%", señala María Jesús Fernández, economista senior de Funcas. La experta explica que la masa salarial ha aumentado por dos vías: la recuperación de los salarios y el aumento del empleo.
La economista calcula que este año se podría haber producido crecimiento de la renta disponible de las familias en términos reales del 4%. Para el año que viene, María Jesús Fernández espera también una recuperación de capacidad adquisitiva, con incrementos salariales inferiores a los de este año pero mayores de lo habitual y con una reducción de la inflación hasta el 3,5%. En ese caso, el crecimiento de la renta disponible real crecería en torno al 0,5%, habiéndose recuperado ya los niveles de 2019.
En todo caso, "hay que tener en cuenta que habrán pasado cuatro años y hay un 3,7% más de hogares. Por tanto, aunque la renta disponible bruta en términos reales sea la misma, si lo hacemos por hogar, esa renta disponible bruta en términos reales está todavía un 3,7% por debajo. Eso lo viene a decir también el PIB per cápita, indicador en el que España es prácticamente el único país que no ha recuperado el nivel prepandemia".
Además, María Jesús Fernández reconoce que es difícil hacer estimaciones en materia de inflación, pues dependerá de las decisiones que adopte el Gobierno en relación a las ayudas actualmente vigentes. El Gobierno ya ha avanzado que prorrogará la rebaja del IVA a los alimentos básicos hasta junio y las subvenciones al transporte público hasta diciembre de 2024.
Eso ha llevado al Banco de España a rebajar la previsión de inflación en un punto, hasta el 3,3%. Si finalmente se decidiera prorrogar también la rebaja del IVA en luz y gas, la inflación media del 2024 será un punto inferior, del 2,3%, según apuntó Ángel Gavilán, director general de Economía y Estadística del Banco de España. De las decisiones que adopte finalmente el Ejecutivo dependerá el impacto en los bolsillos de los ciudadanos, pero también en las arcas del Estado.
La recaudación
En cuanto a la recaudación tributaria, el 2022 fue un año de gran crecimiento (del 14,4%) y la inflación supuso unos ingresos históricos de 255.463 millones de euros. Sin embargo, a falta de conocer el dato que se publicará el próximo mes de marzo, este año se habría producido una desaceleración del crecimiento hasta el entorno del 6%. En 2024 los ingresos procedentes de los impuestos registrarán un incremento aún inferior, del 4,8%, según Funcas.
La inflación tiene impacto tanto en el IVA como en el IRPF. En el IVA se ha visto mermado por el hecho de que los precios ya estén subiendo con menos intensidad que en 2022. Además, en el caso del impuesto indirecto, el impacto favorable en la recaudación tributaria también se ha moderado por las rebajas que aprobó el Gobierno en energía y alimentos entre 2021 y 2022.
Sin embargo, aunque es difícil estimar qué parte de la recaudación se debe a la inflación porque no se deflactan los tramos, María Jesús Fernández apunta que en IRPF posiblemente el impacto habrá sido mayor este año que el pasado porque las subidas salariales han sido mayores. Finalmente, en el Impuesto Sociedades, la economista prevé un menor impacto por la inflación, pues el año de recuperación de márgenes empresariales fue el 2022 y este año se han moderado.
Además, más allá de la menor inflación, hay otras circunstancias que explican el menor dinamismo de la recaudación, como el menor crecimiento económico (en torno al 2,4% este año y al 1,5% en 2024, frente al 5,8% de 2022). Otro aspecto que afecta a la capacidad recaudatoria de los impuestos es el afloramiento de la economía sumergida, que podría haber sido mayor en 2022 y 2023 que en 2024.
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