De los 753.000 trabajadores fijos discontinuos que estaban inactivos a cierre de 2022 (es decir, sin empleo ni sueldo durante el tiempo que el empresario haya decidido), 235.000 tenían otro empleo, un 31%. Es prácticamente uno de cada tres, según el último estudio de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea).
Los trabajadores en situación de inactividad con un contrato fijo discontinuo que tienen otros empleos en los que sí se encuentran en alta laboral (ya sea otro contrato fijo discontinuo, temporal, indefinido ordinario o incluso autónomo) también "han aumentado de forma considerable", señala Fedea.
Esto evidencia la necesidad de un porcentaje cada vez mayor de trabajadores que, por las características de este contrato, se ven obligados a recurrir al pluriempleo.
En concreto, el número de personas en esta situación se multiplicó por 11 entre enero y diciembre de 2022, superando las 235.000 personas. De esta forma, la proporción sobre el total de trabajadores fijos discontinuos indefinidos creció del 13% en enero al 31% en diciembre, con un máximo del 43% a mediados de junio.
La mayoría de los trabajadores fijos discontinuos (entre el 72% y el 88%) que están 'desactivados' y están trabajando en otro sitio, lo hacen con un contrato de trabajo distinto al fijo discontinuo. Es decir, no tienen dos contratos fijos discontinuos, sino sólo uno, que combinan con un empleo temporal, fijo ordinario o incluso autónomo.
Este es el principal motivo por el cual la Encuesta de Población Activa (EPA) del Instituto Nacional de Estadística (INE) sólo reflejaba a cierre de 2023 a 120.000 fijos discontinuos inactivos o parados, porque sólo contabiliza el empleo principal, que el encuestado ha podido considerar que era el otro y no el fijo discontinuo, tal y como explica el autor del informe, Florentino Felgueroso.
750.000 fijos discontinuos inactivos
El nuevo estudio de Fedea analiza las distintas fuentes estadísticas disponibles (la afiliación a la Seguridad Social, la Encuesta de Población Activa y el Servicio Público de Empleo Estatal donde se registran los que quieren cobrar el paro o buscar un empleo mejor) y señala cuál es la más fiable para saber cuántos fijos discontinuos hay en España.
Su conclusión es que la fuente más completa es la Seguridad Social. Dispone de todos los datos de altas y bajas de los trabajadores y proporciona, a través de su Muestra Continua de Vidas Laborales, un conjunto de microdatos individuales, pero anónimos, extraídos de los registros de la Seguridad Social. Con todo, permite conocer cuántos de ellos están inactivos y cuántos trabajan, ya sea en ese empleo o en otro.
El hándicap es que se publica con más de un año de decalaje. Los últimos datos disponibles, de 2022, el primer año de aplicación de la reforma laboral, muestran que a cierre de 2022 había 1,4 millones de trabajadores fijos discontinuos, de los que 753.000 estaban inactivos y otros 731.000, trabajando. Es decir, que más de la mitad de los contratos fijos discontinuos vigentes estaban suspendidos.
Además, si de estos 753.000 trabajadores con un contrato fijo discontinuo inactivo se descuentan aquellos que estaban en alta con algún otro contrato, 235.000 personas, el número de fijos discontinuos inactivos que están totalmente parados era de 518.000 personas.
"Durante el año 2023, el aumento de los afiliados con contrato fijo discontinuo fue menos sensible a la contratación que en el año 2022. En los últimos meses los afiliados se han mantenido muy estables y las tasas de baja por pase a la inactividad han seguido creciendo. Por este motivo es muy probable que el número trabajadores fijos discontinuos en inactividad también haya crecido desde finales de 2022", asegura Felgueroso.
Las cifras de Yolanda Díaz
Hasta ahora la fuente utilizada por Fedea para seguir la evolución de los fijos discontinuos inactivos era la estadística de demandantes de empleo con relación laboral que publica el SEPE (dependiente del Ministerio de Trabajo que pilota Díaz). El problema es que esta no permite desagregar con todo el detalle necesario, pues incluye en la misma categoría a los fijos discontinuos inactivos, los afectados por un ERTE, y los que cobran prestaciones estando en situación de colaboración social.
Sin embargo, teniendo en cuenta que los dos últimos se han mantenido relativamente estables en los últimos años y tienen un peso menor, los investigadores de Fedea asumían que la mayor parte del incremento de la categoría se debía a los fijos discontinuos inactivos. El último dato disponible de demandantes con relación laboral, de marzo de 2024, se asemeja al que ahora proporciona Fedea a través de la Seguridad Social: 663.000 personas.
Sin embargo, los datos de demandantes que publica el SEPE no se desagregan lo suficiente como para detallar cuántos de ellos son fijos discontinuos inactivos. El único dato oficial que ha proporcionado el Gobierno fue, precisamente, del SEPE. En una respuesta parlamentaria, los cifró en 443.000 a cierre de 2022. Un dato que Yolanda Díaz, de cuyo departamento depende el SEPE, se negó a avalar.
No fue hasta el pasado mes de marzo cuando, ante las preguntas del PP, la ministra de Trabajo proporcionó un dato que no partía de su ministerio, sino de la encuesta laboral del INE. En el último trimestre de 2023 había, según la encuesta, 64.100 fijos discontinuos parados y 55.300 inactivos. Sin embargo, la EPA sólo recoge los empleos principales, por lo que si un fijo discontinuo tiene más de un contrato activo, puede registrarse con el que no lo es. Además, al ser una encuesta, depende de la percepción del informante.
"La EPA subestima significativamente ambos tipos de trabajadores fijos discontinuos, en especial, los que están en períodos de inactividad, por motivos metodológicos. No capta tan bien como las fuentes basadas en registros administrativos los empleos con trabajos esporádicos y los fijos discontinuos en empleos secundarios", señala Fedea.
El abandono voluntario
Los investigadores han denunciado que esta modalidad contractual permite a los empresarios desactivar a los trabajadores sin ningún tipo de restricción ni coste, por lo que no garantiza una estabilidad laboral pese a considerarse un empleo indefinido.
Además, el informe de Fedea también destaca que alrededor de un 11% de los fijos discontinuos acaban abandonado el trabajo voluntariamente, es decir, es el empleado quien acaba rescindiendo el contrato, lo que le deja sin derecho a indemnización por despido y cese.
En este sentido, otra de las sospechas es que los empresarios optan por el contrato fijo discontinuo porque, aunque acarrean una indemnización en caso de despido, también evitan pagar mayores cuotas a la Seguridad Social con contratos temporales de corta duración.
"En caso de abandono por parte del trabajador, el ahorro de las empresas es doble: no pagan las indemnizaciones por ceses de contrato temporal, ni mayores cuotas de cotización. En caso de despido, el ahorro en cotizaciones compensaría el pago de la indemnización", explican.
En este sentido, los expertos de Fedea piden más transparencia estadística y más agilidad en la publicación de los datos, pero también que se adopten medidas para desincentivar la desactivación de estos trabajadores, que cada vez tienen un peso mayor en el mercado laboral y son "los que peor lo están pasando".
Como medidas para aumentar la frecuencia y duración de los llamamientos, proponen un bonus-malus (por ejemplo, aumentando las cotizaciones a personas que rotan más que la media en su sector y premiar a las empresas que rotan menos) o una remuneración mínima en los períodos de inactividad.
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