El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, presenta este martes la candidatura de Madrid como sede de la futura Autoridad Europea de Lucha contra el Blanqueo de Capitales (AMLA en sus siglas en inglés) en el Parlamento Europeo. En la sesión de audiencia pública que se va a celebrar durante todo día para que las nueve candidatas -Frankfurt, París, Roma, Bruselas, Viena, Dublín, Vilna y Riga, además de Madrid- muestren su proyecto, Martínez-Almeida va a intervenir junto con el ministro de Economía, Carlos Cuerpo.
¿La presencia del ministro significa que el Gobierno español está defendiendo realmente la candidatura de Madrid? No para las fuentes conocedoras que ha consultado Vozpópuli. Al menos no a un nivel comparable al de Francia y Alemania. Estas fuentes señalan que Cuerpo, como secretario general del Tesoro, y desde el 29 de diciembre como ministro, ha brindado un apoyo intenso a Madrid. Un respaldo que sin embargo no se ha dado la máximo nivel por parte del Gobierno, en concreto, por parte de Pedro Sánchez.
Y que contrasta con cómo se han volcado Emmanuel Macron y Olaf Scholz. En sendas cartas a las que ha tenido acceso este periódico, el presidente de Francia y el canciller de Alemania se dirigen a la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, para hacer campaña por sus respectivas candidatas, París y Frankfurt.
A esto se añade el lobby que están haciendo estos países, que están poniendo toda la carne en el asador, ofreciendo votaciones en distintas leyes y otras contraprestaciones a países sin candidatura a cambio de su respaldo a AMLA.
Por parte de España, el embajador representante permanente de España ante la Unión Europea, Marcos Alonso, está manteniendo reuniones para promocionar a Madrid, pero el contenido de éstas es de un perfil mucho más bajo que las que promueven París y Berlín.
Sánchez, que ha defendido varias veces la candidatura de Nadia Calviño a la Presidencia del Banco Europeo de Inversiones (BEI), no ha hecho lo mismo con Madrid como sede antiblanqueo.
Cuerpo ha sido el encargado de promover la candidatura desde el Ministerio de Economía. Su antecesora no destacó por su promoción de Madrid. A diferencia de su homólogo alemán, el liberal Christian Lindner, que remitió una carta para promocionar a Frankfurt a la que ha accedido Vozpópuli, sumándose a su socio y líder de la coalición de gobierno Scholz.
El pasado 16 de octubre, Madrid se adelantó e hizo una presentación de la candidatura, que el Gobierno podía registrar hasta el 10 de noviembre, en un acto al que asistió Cuerpo entonces como secretario general del Tesoro al que no acudió Calviño ni ningún ministro.
España pierde puestos clave en la UE
Madrid se adelantaba así a una cita clave: el Eurogrupo y Ecofin que se celebraban desde esa tarde y día siguiente en Luxemburgo, citas en las que era posible que se decidiera quién iba a ser el próximo presidente del BEI. Una elección a la que optaba Calviño y que se perfilaba como el principal escollo para Madrid dentro del juego de alianzas y contrapesos que siguen los Estados miembros.
Distintas fuentes señalan que España pactó con Francia y Alemania que la candidatura de Madrid no tuviera un apoyo de alto nivel por parte del Gobierno a cambio de que votaran a Calviño para la Presidencia del BEI.
Ni Sánchez ni Calviño podían ofrecer a otro país que su candidata fuera elegida, pero sí que no empujarían demasiado por Madrid.
Calviño fue elegida finalmente presidenta del BEI el 8 de diciembre con el voto de Francia y Alemania.
Los avances en favor de la candidatura de Calviño desde septiembre se han producido a costa de espacios de poder de España en la UE y desde la plataforma de ostentar la Presidencia rotatoria de la UE.
Desde que el 11 de agosto España anunciara que presentaba la candidatura de Calviño al BEI, puesto para el que ella misma se descartó en junio, España ya ha perdido un puesto clave en el Banco Central Europeo (BCE) que ha ganado Alemania. El organismo monetario descartó a mediados de septiembre a Margarita Delgado, subgobernadora del Banco de España, como nueva jefa de supervisión. Eligió a la alemana Claudia Buch, vicepresidenta del Bundesbank, a pesar de que el Parlamento Europeo recomendó primero a Delgado.
En el Ecofin de octubre el papel de Calviño como Presidencia del Ecofin fue ninguneado precisamente por el eje francoalemán, que declararon que iban a gestionar por su cuenta la negociación de las nuevas reglas fiscales, como así ha sido.
Todo ello, cuando fuentes comunitarias advierten de que la Presidencia del BEI es estratégicamente irrelevante, aunque muy bien pagada, mientas que en el puesto en el BCE era de gran importancia tener allí a una española, que conoce las particularidades del sistema bancario y de las entidades nacionales, si nos enfrentamos a una nueva crisis. Y AMLA significaría cientos de empleos en Madrid, que no alberga sedes.
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