Parece el día de la marmota pero no: las conversaciones sobre una eventual llegada de Kylian Mbappé puertas adentro del Real Madrid continúan. Y también, siguen poniendo de relieve una división de posiciones en la cúpula blanca, donde late la certeza de que el club tiene la capacidad económica de traerlo al hilo de las posibilidades para el presupuesto de la 24/25 que plantea el nuevo Santiago Bernabéu, pero también las dudas sobre hasta qué punto merece la pena comprometerse, tanto financiera como deportivamente por una personalidad tan singular como la del francés, de ya 25 años.
Por un lado, están los partidarios de, sin llegar a las pretensiones de Mbappé, elevar la propuesta, y maniobran ya para preparar el camino mediático para su desembarco. Por otro, quienes creen que es mejor seguir tensando la cuerda con una propuesta de mínimos que no acaba de convencer a la madre del jugador y responsable de llevar su imagen y contratos, Fayza Lamari, quien habría opuesto tanto una renovación en París como ofertas desde Inglaterra con el Liverpool a la cabeza.
Con todo, en Concha Espina hay quien empieza a trasladar que el jugador, el propio Kylian Mbappé, sí que estaría dispuesto a una renuncia económica, y que lo haría para venir a la capital de España por cuestiones ajenas a lo financiero. El mensaje que se comienza a dejar trascender es que el jugador galo estaría más proclive que antes a sentarse a negociar los términos salariales con el Madrid, que en el pasado ya superó los 30 millones netos al año por el jugador -la oferta actual sería menor-, por los alrededor de 100 millones que cobra por año en París. El verano pasado, reconoció un directivo del club, el vocal José Manuel Otero Lastres, el obstáculo fueron los 70 millones en comisiones acordadas previamente entre el delantero y el PSG, que estaba dispuesto a venderlo al Madrid a cambio de 180 millones y la renuncia de la estrella a sus bonus.
Oferta de mínimos por Mbappé...de momento
Dentro de la directiva del Real Madrid están quienes creen que, a la luz de todo lo que lleva ocurriendo desde 2021, Mbappé debe conformarse con 25 millones brutos e incluso, cobrar a la par de Jude Bellingham, y quienes, por contra, apuestan por estirarse por él como en el pasado. Arguyen estos últimos que no hay nadie como el galo, y que, pese a todo, sigue siendo el que mejor encaja con el perfil de delantero del Madrid del futuro.
En cualquiera de los casos, habría que afrontar una importante prima de fichaje, para la que también traba Lamari, y desde los sectores más reacios se pone de manifiesto que el punto de acuerdo de toda la operación con el francés abocaría a alguna transacción en verano en torno al resto de la plantilla actual, como una posible venta del brasileño Vinícius JR y/o el uruguayo Fede Valverde, u otra salida de algún joven con buena tasación.
Entre quienes se han empezado a mostrar optimistas con el arribo del galo centran sus reservas exclusivamente en Fayza Lamari
Así y todo, una de las fuentes consultadas, que antes ponía el foco en la posición del entrenador, Carlo Ancelotti, ahora traslada que el escenario ideal para el área deportiva de cara a la próxima temporada ha pasado a ser la llegada del francés.
Y entre quienes se han empezado a mostrar optimistas con el arribo del galo, las reservas se centran exclusivamente en Fayza Lamari. La más férrea a la hora de negociar la letra pequeña tanto de la prima como del nuevo salario que percibiría su hijo, cantidades en las que la mujer de ascendencia argelina tiene algo que decir.
Paralelamente, fuentes de la industria deportiva trasladan que, a diferencia de lo que ocurría en el verano pasado con Mbappé -que llevó a Nasser Al Khelaifi a mostrarse dispuesto a negociar una venta-, el PSG tendría ya hechos los deberes para soportar una continuidad de la estrella a efectos del control económico de la UEFA. Esto es, que el conjunto parisino seguiría estando en condiciones de ofrecerle un mejor trato salarial que en España de cara a la próxima temporada, si bien no ya con el apoyo de otras estrellas rutilantes ni garantías a largo plazo sobre los colosales términos pactados hasta ahora.
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