España es la decimocuarta economía del mundo por el valor a precios de mercado de su Producto Interior Bruto. Según los últimos datos anuales publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2021, el PIB alcanzó un valor de 1.206.842 millones de euros, tras subir en volumen un 5,5%. Se sitúa inmediatamente por debajo de Australia y por encima de México.
Si la clasificación se realiza teniendo en consideración el PIB per cápita, la economía española baja al trigesimoséptimo lugar mundial, por detrás de Estonia y por delante de Polonia, con 25.464 euros. El ránking está encabezado por Luxemburgo, Singapur e Irlanda, con cifras cuatro veces superiores.
Como en la mayoría de las economías, el problema está en la distribución de la riqueza que anualmente se genera. Aunque año tras año se dan pasos para reducir las diferencias, se está lejos de la situación utópica de igualdad. La desigualdad medida de acuerdo con el índice de Palma se sitúa en media nacional en el 1,63, lo que se traduce en que el 10% de la población total con más ingresos obtiene 1,63 veces más que el 40% de la población con menor renta anual. El dato ha oscilado durante los últimos cinco años entre el 1,59 de 2016, al 1,73 de 2018, el peor del lustro.
Con el análisis pormenorizado de los datos recogidos por la Agencia Tributaria del año 2021, él último publicado, se colige que la Comunidad de Madrid es la que mayor nivel desigualdad de ingresos mantiene. Los ingresos del 10% más rico suponen 2,18 veces los del 40% más pobre y ello a pesar de haber mejorado las cifras de 2018 y 2019, cuando el multiplicador superó las 2,3 veces.
No hay una sola comunidad en España (no hay datos del País Vasco y Navarra por tener su propio régimen tributario) que esté por encima de dos veces, siendo Asturias la región con mayor igualdad de rentas entre sus habitantes, con un índice 1,14. El 10% más rico en Asturias acapara “solo” el 14% más que el 40% con menores ingresos.
El índice de Palma
El índice de Palma debe su nombre al economista chileno José Gabriel Palma, profesor en las universidades de Cambridge (Reino Unido) y Santiago de Chile. Palma compara el 10% más rico con el 40% más pobre porque considera, a través de sus estudios, que la desigualdad de rentas dentro de los países “nunca se debe a lo que sucede en el medio de la población”, es decir entre los deciles del 5 al 9 (el 1 representa el nivel inferior y el 10 el superior), los niveles medio y medio alto de la población que, generalmente, permanecen invariados.
Hay que bajar muchas décimas para encontrarse con la segunda comunidad autónoma con mayor nivel de desigualdad. Es Baleares, donde el índice de Palma se sitúa en el 1,77. Los ingresos del 10% con más rentas superan en un 77% por ciento el nivel del 40% de la población más desfavorecida. Hubo un momento en que Baleares se acercó a Madrid. Fue en 2018, cuando este mismo indicador alcanzó 2,07 veces. El tercer escalón del podio es para Cataluña, aunque su 1,62 está ya por debajo de la media nacional.
Con Asturias, pueden presumir de mayor nivel de igualdad relativo Extremadura, con el 1,21; y Castilla-La Mancha y Castilla y León, empatadas con 1,22.
Hay otro indicador que suele ser muy utilizado para medir la distribución de ingresos y su desigualdad entre la población de un país o de una región. Es el llamado índice de Gini, que fue desarrollado por el estadístico italiano Corrado Gini, en el año 1912, antes del comienzo de la Primera Guerra Mundial. Sus resultados se miden entre el nivel 0 y el nivel 1, siendo el nivel cero el que mayor nivel de igualdad, en el que teóricamente toda la población tiene ingresos similares, y el nivel 1, todo lo contrario, donde un solo individuo acapara todos lo ingresos. Cuando más bajo sea mayor será el nivel de igualdad hay.
En el año 2020, según la Agencia Tributaria, la media española se situó en el 0,37, una décima inferior a la registrada los dos años anteriores. Como quiera que el índice de Gini discurre en paralelo con el índice de Palma, Madrid se sitúa también a la cabeza de la desigualdad de ingresos, con 0,43, a pesar de de haber mejorado dos décimas en relación al 0,45 de 2018. En el año 2006, en pleno esplendor de la burbuja inmobiliaria, llegó a situarse en el 0,47.
Otras CCAA con desigualdades
Baleares es la segunda autonomía con peor dato, 0,39, aunque haya conseguido reducir su nivel en 2018 en tres décimas. El tercer lugar de la clasificación lo comparten Cataluña y Murcia, con el 0,37. Para muchos economistas, el índice de Gini tiene el problema de que no es capaz de indicar si las desigualdades de ingresos se producen por un incremento de las rentas de los más ricos o por un acusado descenso de la de los más pobres.
Hay un tercer indicador que usan los economistas para interpretar la distribución de los ingresos. Es el llamado S80/S20 que, como el índice de Palma, utiliza los percentiles de ingresos. Se trata del cociente entre la renta media obtenida por el 20% de la población con niveles más altos y la obtenida por el 20% de la población con la renta más baja. Hasta 2020, Madrid ha liderado la desigualdad con ratios de hasta 7,6. Es decir el 20% de los más ricos tiene 7,6 veces los ingresos del 20% más pobre. Esa relación ha bajado en 2021, según el INE, a 6,3, ligeramente por encima de la media nacional (6,2). Canarias tiene las mayores diferencias, con 8,2% veces la renta de los más desfavorecidos, por delante de Andalucía (6,8).
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