La economía sumergida, un grave problema en España que merma la recaudación tributaria, presenta importantes diferencias dentro del panorama regional. Las comunidades con más incidencia de economía sumergida doblan a las que menos.
Según el último informe presentado por el Instituto de Estudios Económicos (IEE) y la patronal madrileña, titulado 'La tributación del ahorro y su incidencia en la reactivación económica desde la perspectiva de la competitividad regional', la Comunidad de Madrid es la autonomía con menor incidencia de la economía sumergida (supone un 16,2% de su PIB), seguida del País Vasco (17%) y la Comunidad Foral de Navarra (18%).
En el lado opuesto se sitúan Extremadura (con una economía informal del 29,1% del PIB), Andalucía (27,3%), Castilla-La Mancha (27,2%) y Canarias (26,1%).
"La existencia de la economía sumergida es un problema de gran importancia. Genera competencia desleal entre empresas, distorsiona la medición de determinadas variables e incide negativamente sobre la recaudación tributaria, con efectos tanto en el corto como en el medio y largo plazo. En la coyuntura actual, con elevados niveles de deuda y déficit públicos, reducir el peso de la economía sumergida debe ser una prioridad", señalan los expertos.
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Influye en estas diferencias territoriales la especialización productiva, ya que según un informe de Funcas mencionado por el IEE, sectores como "la agricultura, el turismo y el sector textil" han tenido tradicionalmente un mayor peso de la economía informal. Aquellas comunidades en las que estos sectores tienen más peso, presentan tasa más altas.
Tener menos impuestos reduce la economía sumergida
Por el contrario, en las regiones con menos economía sumergida son determinantes factores "como una menor fiscalidad, tasas de desempleo más reducidas o un nivel de PIB más elevado, así como un mayor dinamismo en el crecimiento".
"En el caso de España, se ha visto cómo el País Vasco y Madrid son las dos regiones que presentan unos
sistemas tributarios más atractivos en su conjunto, tal como recoge el índice de presión fiscal normativa, al tiempo que son las dos regiones que tienen una mejor clasificación en el Índice de Competitividad Regional de la Comisión Europea. Estas dos regiones, junto con Navarra, son las que tienen menores niveles de economía sumergida y presentan los mayores niveles de PIB per cápita", defienden.
Destacan que, no obstante, "esta fiscalidad más atractiva no ha impedido que, tanto Madrid como el País Vasco, sean las dos Comunidades que tienen los ingresos fiscales per cápita más elevados, principalmente en el caso de la primera, ya que son un 31,6% superiores a la media nacional, y que Madrid sea la Comunidad que mayores aportaciones realiza, como recoge el sistema de cuentas públicas territorializada".
Al tener menos economía sumergida, aportan más
El informe recoge que las regiones en las que hay menores tasas de economía sumergida aportan más a las arcas del Estado, ya que hay una mayor proporción de su actividad económica sometida al pago de impuestos.
"La desigualdad de la economía sumergida entre los distintos territorios incide en la desigualdad del sistema, ya que supone que las regiones con menor tasa de economía sumergida tributan por rentas reales (o más próximas a las reales) y el resto no (o lo hacen en menor medida)", señala.
Denuncian que "esto constituye un subsidio encubierto entre regiones no justificado por razones de justicia y deberá tenerse en cuenta a la hora de diseñar un sistema de reparto, pues un sistema aparentemente igual que no tuviera en cuenta la diferencia de la economía sumergida, devendría injusto", señalan.
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