Ha sido uno de los grandes estandartes de su programa electoral. Y de todo su discurso. El fin de los desahucios. De hecho, un día después de las elecciones, con la euforia de sentirse ya la sucesora de Ana Botella -"creo que voy a ser la próxima alcaldesa", dijo entonces-, Manuela Carmena se entrevistó con el presidente del Tribunal de Justicia de Madrid y con el juez decano para agilizar su medida estrella. El discurso, sin embargo, se ha moderado en su primer encuentro con la banca. El primer contacto con el Ibex 35.
La candidata de Ahora Madrid se limitó a explicar a José Ignacio Goirigolzarri, presidente de Bankia, su proyecto de Oficina de Mediación Hipotecaria. Un plan que no implica, sin embargo, el fin de los desahucios. Esta oficina, que Carmena pretende implantar antes de otoño en caso de convertirse finalmente en alcaldesa, ejercerá de nexo entre las familias que hayan perdido su vivienda o estén en riesgo de hacerlo con las entidades. Así, canalizará las peticiones de vivienda a través del fondo social de pisos que ha aportado el sector financiero dentro de la ley de segunda oportunidad.
Una medida que ya ha empezado a interiorizarse en el sector financiero. Tras los resultados del 24M, la banca se muestra dispuesta a aumentar el número de viviendas que actualmente conforman este fondo social, como adelantó este medio el pasado 26 de mayo, conscientes de que será una las principales peticiones tanto de Carmena como de Ada Colau, la alcaldable del Ayuntamiento de Barcelona. El Fondo Social de Vivienda ha recibido 3.507 solicitudes desde su constitución en 2013 hasta el cierre de 2014, con un incremento el pasado año del 42%. Sin embargo, hasta la fecha sólo se han acogido 1.465 familias, con lo que aún hay 4.535 pisos vacíos.
La "solución habitacional" que trasladó a Goirigolzarri no implica necesariamente el fin o paralización de los desahucios como se ha comprometido la candidata de Ahora Madrid
Esta oficina ayudará a encontrar una solución habitacional a las familias necesitadas, es decir, aportará una vivienda mediante un alquiler social a bajo coste. Una práctica que ya viene ejerciendo la banca con los convenios que tiene establecidos con diferentes organizaciones sociales como Cáritas o Cruz Roja. Con su puesta en marcha, la administración local, en este caso el Ayuntamiento de Madrid, sería quien comenzase a ejercer esta función.
Pero esta "solución habitacional" no implica necesariamente el fin o paralización de los desahucios como se ha comprometido la candidata de Ahora Madrid. Carmena prometió poner en marcha, en sus primeros 100 días de mandato, "todos los medios y recursos municipales para la paralización de desahucios y desalojos de primera vivienda". Ante Goirigolzarri, sin embargo, el mandato se transformó en esta alternativa habitacional; es decir, que el Ayuntamiento de Madrid se implique para facilitar un techo a los afectados pero no a que puedan perder su vivienda.
Esta Oficina de Mediación Hipotecaria estará amparada, sobre todo, en dos convenios: uno entre el Ayuntamiento y los jueces, para que estos avisen de los casos de impago de hipoteca con riesgo de desahucio; y otro entre el gobierno local y los bancos.
Carmena, sin embargo, no fue más allá en su reunión con Goirigolzarri ni tan siquiera insinuó al presidente de Bankia alguna de las medidas que contenía su programa en relación a los bancos. Entre ellas, la creación de un banco público municipal-regional, imponer tasas que penalicen la acumulación de viviendas con fines especulativos en manos de entidades financieras u obligar a los bancos a pagar una tasa por sus cajeros automáticos.
No hubo ninguna palabra en este sentido. Carmena, aseguró tras la reunión, que justificó "hemos encontrado un gran afán de escucharnos, le hemos explicado (por Goirigolzarri) que aún no estamos en el Ayuntamiento y que, por tanto, era sólo una reunión previa para ir preparando lo que podamos hacer una vez que se constituya el Ayuntamiento, y a partir de ahí ya nos pondríamos a trabajar". De hecho, sí Carmena se convierte en alcaldesa ha prometido tener un diálogo fluido con Bankia, la entidad que Podemos promete mantener como banca pública en caso de llegar al poder.
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