Mariano Bacigalupo Saggese, actual miembro del consejo de la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC), es uno de los nombres que suenan con fuerza para presidir el organismo regulador y sustituir a José María Marín Quemada. Algo que se producirá una vez que el consejo de la institución se renueve con la salida de los consejeros tras el nombramiento del nuevo Gobierno, según publica ‘Expansión’.
Bacigalupo es un abogado de reconocido prestigio y experiencia y es el marido de Teresa Ribera, la vicepresidenta de Transición Ecológica y Reto Demográfico del Gobierno de Pedro Sánchez. Este forma parte del consejo de la CNMC desde julio de 2017 a propuesta del PSOE, encuadrado dentro de la sala de supervisión regulatoria, que preside María Fernández. Además está especializado en la regulación del sector energético, ya que ha ejercido como vicesecretario general y secretario general de la Comisión Nacional de la Energía entre 2006 y 2012.
El bloqueo político ha provocado que se dilate la presencia de cinco consejeros de la CNMC que tenían ya su mandato vencido hacía meses: el presidente del organismo y presidente de la sala de Competencia, José María Marín Quemada; la vicepresidenta y presidenta de la sala de Supervisión Regulatoria, María Fernández; y los consejeros Benigno Valdés (supervisión regulatoria ); Clotilde de la Higuera (Competencia) y Josep María Guinart (Competencia). Todos ellos cumplieron 6 años en el cargo el pasado 9 de septiembre de 2019, el plazo máximo de permanencia contemplado en la regulación.
Conflicto de intereses ya que el CNMC tiene que ser independiente del Gobierno
El nombramiento de los nuevos consejeros, incluido presidente y vicepresidente, corresponde al Gobierno, aunque tradicionalmente, en la mayoría de los casos, se ha pactado con los principales partidos de la oposición. Además, necesita también que los candidatos a los puestos reciban la aprobación por parte del Parlamento y que no se produzca una mayoría de votos contrarios a los candidatos en la Comisión de Economía del Congreso, que aún no está constituida.
Si Bacigalupo fuese nombrado finalmente presidente de la CNMC, se agravaría lo que muchos ya han denunciado como un conflicto de interés, ya que teóricamente el organismo regulador de los mercados se creó para que fuera independiente de los sectores regulados pero también del Gobierno. Y la regulación y el arbitraje del sector energético es una de las tareas fundamentales de la CNMC, mientras que su cónyuge, la vicepresidenta, estaría regulando también el mismo sector desde el Ejecutivo.
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