En los dos años de legislatura de Mariano Rajoy, el mercado laboral español ha destruido un millón de empleos. En concreto, la población ocupada ha descendido en 1.049.300 personas para situarse en los 16,7 millones.
En esos 24 meses, la población activa ha disminuido en 426.600 efectivos y ronda los 22,6 millones, ya sea por el desánimo, por las personas que se marchan del país o por el aumento de las jubilaciones, sobre todo en el ámbito público. A su vez, el sector público ha recortado 425.000 puestos de trabajo, la mayor parte porque se jubilan y no se reponen, y se coloca en los 2,79 millones. Los hogares con todos sus miembros en paro ascienden a los 1,8 millones.
Estos datos pueden cotejarse con los obtenidos por Zapatero, que se anotó 2,7 millones de ocupados menos desde el tercer trimestre de 2007 al cierre de 2011. Aunque si se compara con el principio de su mandato, allá por el segundo trimestre de 2004, sólo perdió en términos netos 58.000 puestos de trabajo.
¿Luz al final del túnel?
Sin embargo, tras seis años encadenados de malas noticias, se empiezan a vislumbrar señales positivas que apuntan a una estabilización del mercado de trabajo. El último trimestre del año siempre suele ser malo debido al efecto estacional. Y ello se ha reflejado en la pérdida de 65.000 ocupados. No obstante, si se corrigen los datos de estacionalidad, la ocupación según los expertos consultados arroja la creación de 50.000 puestos de trabajo, un incremento del 0,29 por ciento que representa la mejor tasa desde el cuarto trimestre de 2007 y la primera positiva desde el primer trimestre de 2008.
El ritmo de destrucción de empleo ha caído al 1,17 por ciento y supone el porcentaje menos negativo de los últimos años, lejos de las ratios que alcanzaban el 4,8 por ciento. La ocupación en el sector privado cae al 0,5 por ciento y por fin se encuentra a punto de abandonar el terreno negativo y presentar tasas de crecimiento. De mantenerse esta evolución, en cuanto llegue el buen tiempo se podría generar empleo, es decir, en el segundo trimestre del año. Aunque de acuerdo con los expertos consultados, estos puestos de trabajo serán pocos y precarios, lo cual hará más onerosa y lenta la ingente labor de recuperar todo el empleo destruido.
De hecho, el trabajo autónomo continúa sin despegar, una mala señal para la recuperación, y su número se ancla en los 3 millones, 51.500 menos que el trimestre anterior y 9.000 menos que hace un año. Y la contratación a tiempo parcial continúa creciendo, quitándole poco a poco hueco al tiempo completo. Al cierre del ejercicio, los asalariados a tiempo parcial suman 2,7 millones, 140.000 trabajadores más que hace un año. En cambio, el tiempo completo registra 14 millones, 339.000 menos que a finales de 2012.
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