La economía española creció a su ritmo más rápido en seis años durante el primer trimestre de 2014, recordaba este jueves The Wall Street Journal citando las cifras del PIB publicadas por el Banco de España. “Esa es la buena noticia. Menos bueno: estos datos equivalen a una expansión económica del 0,4% desde el cuarto trimestre”, afirma el diario.
El periódico asegura que, en palabras de los políticos españoles, todo lo que necesitan para fortalecer esta leve “recuperación” es “un poco de amor” por parte del BCE, y citan a Mariano Rajoy cuando declaró a principios de mes que “le gustaría un tipo de cambio diferente”.
El presidente del BCE Mario Draghi advirtió el jueves de que un euro en alza plantea "una amenaza potencial para la recuperación en curso". Prometió que el BCE mantendrá su compromiso de "utilizar tanto instrumentos convencionales como no convencionales para hacer frente con eficacia a los riesgos de un periodo demasiado prolongado de baja inflación".
Esto, unido a las cifras del PIB del jueves, contribuyó a impulsar los rendimientos de los bonos españoles cerca de mínimos de ocho años, explica el artículo.
“Sin embargo, una mirada más de cerca a la economía de España ofrece menos motivos para el optimismo”, valora el diario neoyorquino. El crecimiento del PIB del pasado trimestre destaca pequeños incrementos en la demanda interna y el consumo privado, junto con "aumentos moderados en el consumo público y la inversión pública". Asimismo, España revisó a la baja sus últimas cifras de desempleo, con la tasa oficial en el 25,7% en el cuarto trimestre de 2013. “Gracias a una nueva fórmula para calcular el dato de paro”, matiza el artículo.
Las exportaciones también se redujeron un 0,6% desde el último trimestre de 2013. “Eso podría apoyar la opinión de Rajoy y de Draghi de que la fortaleza del euro está frenando la competitividad del sur de Europa”, explican. “Argumento que se torna menos convincente a la luz de la correspondiente caída del 1,2% en las importaciones españolas. Cualquier esfuerzo para empujar hacia abajo el euro no hará nada para mejorar la productividad subyacente de sus economías”. No obstante, afectará al poder adquisitivo de los consumidores cuando los españoles difícilmente puedan costearlo.
Más de lo mismo
“El Sr. Rajoy podría pensar que el futuro económico de España se encuentra en manos del señor Draghi, pero no puede hacer nada para aumentar la competitividad del país. Ahora es un poco más fácil y más barato despedir a los trabajadores improductivos en España que cuando él llegó al poder en 2011. Sin embargo, los empleados a tiempo completo aún tienen garantizados 15 días de permiso por matrimonio, por despido obligatorio, incluso con despido improcedente… esto son golosinas caras”, asegura el diario.
Y mientras Rajoy promete reducir los costes de hacer negocios, las empresas españolas pagan una tasa impositiva efectiva total del 58,6% de los beneficios, de acuerdo con las cifras del Banco Mundial. “También requiere más del doble de tiempo y de papeleo iniciar un negocio en España con respecto a la media de la OCDE”, recuerda.
“Estas son las realidades que mantienen a las empresas reacias a invertir y contratar en España. El país pasó años complaciendo con el crédito y el consumo barato, mientras que la productividad subyacente se mantuvo estancada. Seguir con lo mismo ahora podría halagar a las cifras del PIB temporalmente, pero no garantizará la prosperidad real, que necesita reformas reales para impulsar la inversión y el crecimiento”, concluyen.
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