Economía

MásMóvil Euskaltel y Vodafone, el triángulo de amor bizarro que tanto gusta a Pallete

MásMóvil ha acabado, un año más, con otro operador en la 'buchaca'. La estrategia de Meinrad Spenger -para los amigos 'Meini'- continúa siendo la de crecer comprando, y los precios

MásMóvil ha acabado, un año más, con otro operador en la 'buchaca'. La estrategia de Meinrad Spenger -para los amigos 'Meini'- continúa siendo la de crecer comprando, y los precios abaratando. Se puede decir que MásMóvil abrió el melón del low cost a España, pero ha acompasado esta política de precios con el crecimiento integrando otros operadores a su panza.

2021 arrancaba con tambores de compra. MásMóvil se lanzaba a por Vodafone. El operador con sede central en Reino Unido no pasaba por un buen momento, como todos, pero a sus males se sumaba la renuncia a ofrecer el fútbol en 2018, una decisión que le hizo perder centenares de miles de clientes durante lo que fue una larga travesía en el desierto que parece haber acabado. Era una ocasión interesante para comprar. MásMóvil comenzó a negociar con Colman Deegan, que vino a sustituir al portugués Antonio Coimbra. El nuevo mandamás es experto en adecentar compañías para su venta. Todo cuadraba.

Los periodistas del sector nos lanzamos a confirmar un 'runrún' que ya era casi un clamor entre los fondos y las fuentes acreditadas del sector. Había interés en la operación, pero Meinrad Spenger, un experto trilero informativo, jugó al despiste con la prensa. Su departamento de comunicación no mintió, pero tampoco dijo la verdad.

Spenger consultó precios a unos y a otros (Vodafone y Euskaltel) en varias ocasiones. Sacó la calculadora, sumó, resto, y se lanzó a por lo más interesante. Euskaltel ya es parte del Grupo MásMóvil. Una compañía que pasa a ser parte del largo etéctera de enseñas fagocitadas por los de Spenger. A saber: Yoigo, Pepephone, MásMóvil, y en un orden menor, Llamaya o Lebara, por citar algunos. La firma amarilla concentra la gran mayoría de las marcas low cost del país.

Hace ya bastantes años, cuando MásMóvil era un grano de arroz en la paella de las telecomunicaciones, quien escribe este artículo escuchó a Meini asegurar que acabaría siendo el tercer o cuarto operador del país. Lo dijo con bastante más acento guiri del que tiene ahora. Hubo risas contenidas. Muy a la española. "Va a venir este ahora a nuestro país a inventar la rueda". Hay que reconocer que nos equivocamos todos. Hoy su grupo es el cuarto por clientes, por detrás de Telefónica, Orange y Vodafone. Ha comprendido el mercado, la forma de hacer crecer su negocio en nuestro país. Y lo ha hecho mucho mejor de lo que lo han hecho muchos españoles.

Burbuja o no, ha logrado hacerse con gran parte del mercado de bajo coste, que es a todas luces el único que crece, y que crecerá en el corto y medio plazo

MásMóvil toca techo

Sin embargo, MásMóvil, ya madura en número clientes y reconocimiento de marca, ha perdido ritmo en captación de usuarios. La rumana Digi Mobil duplica sus números, tal y como refleja la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). En MásMóvil siguen de fiesta, pero las luces del garito se han encendido y suena la última.

Desde julio de el año pasado Digi Mobil lidera la lista de empresas que más clientes roban a la competencia. A partir de ese mes, y hasta octubre del presente año, no ha habido uno solo en que Digi no haya ocupado la primera posición por volumen de usuarios captados. MásMóvil, el operador que durante los últimos años más clientes lograba quitarle a la competencia, sigue ahora la estela de la compañía rumana, que cuenta con más de 3 millones de clientes en España.

Hace unos meses, con la compra de Euskaltel ya ejecutada, desde Vozpópuli preguntamos al operador amarillo acerca de la compra de Vodafone. La respuesta fue ni sí, ni no, ni todo lo contrario. "En el corto plazo no está sobre la mesa, pero en el medio o largo plazo nadie sabe qué va a suceder". Si MásMóvil quiere dar el salto para competir con los grandes, tiene que hacerse con uno de los grandes. El salto lógico es hacerlo, una vez más, mediante el formato compra o absorción. La música gusta entre los grandes operadores (Telefónica, Orange...). Todo lo que sea eliminar marcas o unificarlas supone la lógica reducción del mercado competitivo y el aumento en los precios. En Vodafone la quiniela también tendrá sentido siempre que MásMóvil pague lo consideran justo. España e Italia son los farolillos rojos de la multinacional inglesa. Son un problema.

Lo cierto es que la agresividad del mercado low cost está provocando el derrumbe en la facturación de los grandes operadores. Es la pescadilla que se muerde la cola. Las tarifas más baratas de la competencia obligan a las grandes telecos a recortar precios, lo que impacta en los ingresos por usuario, lo que supone la reducción del negocio. Este descenso genera, lógicamente, un recorte en el valor de los operadores incumbentes, lo que pone a tiro, o de alguna manera facilita, las operaciones de compraventa entre corporaciones.

En un mercado más avejentado que maduro MásMóvil ha encontrado un hueco que agranda, como decíamos párrafos más arriba, a golpe de chequera -la de los fondos-. Burbuja o no, la compañía amarilla ha logrado hacerse con gran parte del mercado de bajo coste, que es a todas luces el único que crece, y que crecerá, al menos en el corto y medio plazo.

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