Uno de los secretos mejor guardados del sector energético, el detalle de las reservas de petróleo de Arabia Saudí, primer productor mundial, está cada vez más cerca de ser desvelado. Tras el hito histórico de que estas reservas fueran valoradas por primera vez por un experto independiente, pueden llegar nuevos gestos de transparencia por parte de las autoridades saudíes. En este caso, de forma obligada, ya que los planes de la petrolera estatal Saudi Aramco pasan por realizar una gran emisión de bonos en dólares para el segundo trimestre del año, lo que le obligará a proporcionar al mercado un considerable volumen de información sobre el estado de sus finanzas.
El mercado aguardó durante todo el pasado año la que iba a ser la salida a Bolsa más esperada de las últimas décadas, aunque en vano. La fecha para la OPV de Aramco se fue retrasando progresivamente sin que llegaran a concretarse detalles como las plazas en las que iba a cotizar, el porcentaje del capital que se pondría a la venta y los bancos que actuarían como asesores.
Las últimas estimaciones del Gobierno saudí supusieron un jarro de agua fría para el mercado, ya que sitúan la salida a Bolsa de Aramco en 2021, como fecha más próxima. Sin embargo, lo que sí podría suceder de forma inminente es la citada emisión de deuda, que sería la primera de la historia de la compañía en divisa extranjera, y que está llamada a romper todos los registros en este tipo de operaciones.
La operación cumplirá, en parte, las expectativas que había generado la OPV, en el sentido de que permitirá conocer muchos detalles financieros de la mayor petrolera del mundo que, hasta la fecha, permanecen celosamente ocultos por parte de las autoridades saudíes. Si finalmente se lleva a cabo la emisión de deuda, Aramco no tendrá más remedio que abrir de par en par sus libros, precisamente uno de los factores que jugaba en contra de su salida a Bolsa, ya que las autoridades saudíes no terminaban de ver con buenos ojos tal demostración de transparencia.
Banco de pruebas
Sin embargo, los tiempos parecen estar cambiando en el país de Oriente Medio. El mercado ha interpretado la inédita valoración de las reservas del país por parte de un experto independiente como un gesto de apertura y un anticipo de lo que está por llegar. Además, los resultados que han trascendido apuntan a que las reservas son aún mayores de las estimadas.
El Gobierno saudí parece estar ahora mucho más dispuesto a revelar las entrañas financieras de Aramco, requisito imprescindible para una emisión de bonos internacional y que, además, actuaría como banco de pruebas para la futura salida a Bolsa, que no ha sido descartada.
La emisión de bonos también abriría en cierto modo las puertas de la compañía a los inversores internacionales, cuando hasta ahora ha sido un coto absolutamente cerrado del reino de Arabia Saudí. Existen pocas dudas sobre la gran aceptación que tendría en el mercado la deuda de la mayor petrolera mundial, controlada por el principal productor de crudo.
El ministro saudí de Energía, Khalid Al-Falih, declaró a la agencia Bloomberg que la reciente valoración de sus reservas no es suficiente para terminar de resucitar la salida a Bolsa de la compañía. El mandatario apuntó que su Gobierno tenía buenas razones para desechar la operación y que las dudas sobre el tamaño de las reservas no se encontraban entre las principales.
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