La marca japonesa marca su propio camino, alejada de las corrientes que definen al sector del automóvil, especialmente el europeo, prácticamente focalizado en la electrificación y dejando de lado con cierta premura los motores de combustión que tanto han contribuido a hacer de la industria del viejo continente una referencia mundial.
Pero Mazda va a lo suyo desde hace tiempo. Cuando hace una década se imponían los motores de combustión cada vez más pequeños en cilindrada y dotados de sistemas de sobrealimentación, la marca japonesa apostaba por grandes bloques atmosféricos con una tecnología que bautizaron como “Skyactiv” y que aportaba una notable personalidad a sus modelos, aunque con una eficiencia algo por debajo de la media.
Ahora, con la electrificación en pleno desarrollo, con grandes marcas anunciando ya el adiós al coche de combustión en la próxima década, Mazda sigue confiando no sólo en los motores de combustión, sino de manera especial en los denostados diésel, pero sin dejar de lado el proceso natural de electrificación que irá ganando peso en la marca con el paso del tiempo.
No renuncia, por tanto, a una tecnología que ha demostrado ser una de las más eficientes sobre todo en carretera, a la hora de viajar, y para su novedoso SUV CX-60 ha desarrollado un inédito bloque diésel de seis cilindros que promete cifras de consumos y emisiones realmente ajustadas, apoyado en un sistema micro híbrido que le permitirá además disfrutar de las ventajas de la etiqueta ECO en las grandes ciudades.
Pero además de este impactante diésel de alta cilindrada, también incorporará versiones de gasolina microhíbridas e híbridas enchufables. Una oferta tecnológica que mantendrá en el futuro sin renunciar a dejar de lado los motores de combustión como ya han hecho no pocos fabricantes, y que ha anunciado que diversificará y adaptará a las necesidades o las legislaciones de cada mercado, para ofrecer en ellos lo más adecuado en cada momento.
Así es el nuevo buque insignia
El nuevo diésel e-Skyactiv D en un motorde seis cilindros en línea de 3,3 litros, una estructura inédita hasta ahora en Mazda, que Incorpora una innovadora tecnología de combustión que hace de él uno de los motores diésel más limpios del mundo, y que los ingenieros de Mazda aseguran que cumplirá con holgura la futura normativa de emisiones Euro 7 que entrará próximamente en vigor. Para conocerlo de primera mano habrá que esperar a principios de año.
Un nuevo motor que se presentará en dos versiones de potencia: 200 CV con tracción trasera –otro rasgo diferenciador de este nuevo CX-60– y 254 CV con tracción total. Un diésel que se complementará con el sistema de micro hibridación de 48V para ofrecer un consumo de combustible ajustado, que se anuncia para el menos potente de 4,9 l/100 km.
Más adelante, la gama de motorizaciones se completará con un motor de gasolina e-Skyactiv G de 3 litros y seis cilindros en línea, que se sumará al e-Skyactiv D y al e-Skyactiv PHEV, este último precisamente la versión que hemos podido probar en carreteras alemanas en su debut en Europa. Un CX-60 que luce de entrada un diseño muy elegante, con cierto toque deportivo en su largo capó y una zaga que desciende de forma muy suave. En el interior, se respira sobre todo calidad desde un diseño cuidado pero en absoluto cargado, una sencillez basada en un diseño limpio, en cierto modo minimalista, pero muy funcional manejando casi todas las funciones bien desde el volante bien desde la ruleta sobre la consola central incluyendo diferentes botones de rápido acceso.
Al ponernos al volante, lo primero que transmite es una gran amplitud marcada por la enorme anchura de su habitáculo, con una integración del sistema híbrido enchufable –motor eléctrico y batería– muy bien logrado, tanto que la comercialización del CX-60 se retrasó para estudiar la mejor solución para no perder espacio de carga en el interior. Así, el piso del suelo de las plazas traseras es muy plano, y el túnel central apenas condiciona el confort de la plaza central que, por anchura, permite que tres adultos se acomoden sin demasiadas estrecheces. Tras el asiento trasero, el maletero de apertura por supuesto eléctrica ha sido el gran beneficiado de ese retraso en el desarrollo final, y su volumen de 570 litros es el mismo que el resto de versiones con motores de combustión.
En marcha, el primer sistema híbrido enchufable de Mazda ofrece el agrado habitual que supone circular en modo 100% eléctrico, un sistema que gracias a la batería de 17,8 kWh permite superar los 60 kilómetros de autonomía. Dispone de tres modos de conducción incluido uno Sport en el que se ha logrado además de disfrutar de las prestaciones que suponen 327 CV de potencia máxima combinada hacerlo con un sonido propio de un motor deportivo.
Con menos de seis segundos en la aceleración de 0 a 100 km/h, pudimos por las autovías alemanas ver como se movía con facilidad a 200 km/h de marcador transmitiendo un notable aplomo a esos elevados ritmos y con un tacto de dirección muy preciso para tratarse de un SUV de dos toneladas de peso. Se siente estable en apoyos en curva y permite viajar con altísimo confort al menos sobre trazados de buen asfalto.
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