Economía

Searchlight e Invesco encargan a Lazard negociar su entrada en Mediapro

Searchlight e Invesco mantiene su apuesta de entrada en Imagina, el holding que controla Mediapro. Los dos fondos de capital privado han contratado a Lazard como asesor financiero para negociar

Searchlight e Invesco mantiene su apuesta de entrada en Imagina, el holding que controla Mediapro. Los dos fondos de capital privado han contratado a Lazard como asesor financiero para negociar con Rothschild, el banco fichado por Jaume Roures y Tatxo Benet, su desembarco en la compañía a través de un canje de deuda por capital, según fuentes consultadas por Vozpópuli.

Ambos fondos han comprado con descuento 180 millones de deuda subordinada y han ofrecido inyectar de forma inmediata 150 millones de euros extra. La compañía tiene que abonar el próximo 26 de junio unos 25 millones de amortización de deuda y ha pedido a sus acreedores que le amplíen hasta finales de año el vencimiento, pero todavía no ha recibido respuesta a su petición. Imagina está asesorada por Rothschild Allen & Overy y los acreedores cuentan con el apoyo de Houlihan Lokey Latham & Watkins.

La oferta de Searchlight e Invesco, que según las fuentes consultadas no ha sido mal recibida en el grupo, aliviaría de forma inmediata los problemas de liquidez de Imagina aunque implicaría la dilución accionarial de Orient Hontai Capital, dueño de la compañía con el 53,5% del capital, que no prevé aportar más capital a la compañía. Además de Hontai, el accionariado de Imagina lo completan WPP (22,5%), Benet (12,5%) y Roures (12,5%).

La deuda de Imagina es de alrededor de 1.000 millones de euros, de los cuales algo más de 800 millones son deuda senior garantizada con vencimientos entre 2024 y 2025. Searchlight e Invesco se han hecho con 180 millones del llamado tramo B (que en total asciende a 380 millones), el más grande de todos; y de otro de los tramos que también vence a finales de 2025.

Mientras negocia con sus acreedores, Mediapro mantiene activa una solicitud de rescate de 230 millones ante la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI). Esta opción genera dudas entre los acreedores dado que no se trataría de una solución rápida (entre que se solicita el rescate y se reciben los fondos pasan meses, máxime después del caso Plus Ultra) y que a la larga contribuiría a aumentar el pasivo de la compañía.

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