Economía

La mejor economía del mundo en 2024 es España… o no. Análisis del ranking de The Economist

El reciente reconocimiento de España como "la mejor economía del mundo" según The Economist ha despertado tanto orgullo como escepticismo


Es normal, unos se fijan en el titular y otros en la letra pequeña. Por mi parte y, tras analizar la metodología del ranking, me preocupa que se saque pecho por esta noticia. Me enorgullece este título de mejor economía del 2024, pero hay tantos alfileres que prefiero que no nos den este reconocimiento. Deberían ser una ristra de posibles mejoras. No vaya a ser que ahora nos lo creamos y no hagamos los deberes.

¿Qué mide el ranking de The Economist?

El ranking se basa en un índice compuesto por cinco variables que reflejan el “dinamismo” económico.


Crecimiento del PIB: mide el aumento de la producción económica. Mucho cuidado porque quienes tienen tasas de crecimiento elevado suelen ser economías no muy avanzadas, como China hace años. Actualmente estarían por delante de España países como Bielorrusia, Malta, Albania, o Kosovo. Así que cuidado con este indicador. Me alegra enormemente este reconocimiento, pero ni tanto ni tan calvo. En 2021, España fue clasificada como la peor economía avanzada del mundo desde el inicio de la pandemia por este mismo renking.


Revalorización del mercado bursátil: indica la confianza de los inversores en el país. También cuidado con este otro indicador. Las compañías de un país pueden obtener los beneficios de otros lugares de fuera del propio país. Concretamente, en España, más del 60% de las compañías del Ibex 35 obtienen más del 50% de sus revenues de fuera del país.


Evolución de la inflación subyacente: evalúa la estabilidad de los precios sin considerar elementos volátiles. En España no hace falta saber demasiado de economía. Con hacer la compra sabemos que tenemos un problema. La inflación acumulada desde noviembre de 2020 a noviembre de 2024 es del 19,1%. Pero si nos vamos al día a día… Aceite de oliva (153,9%), huevos (46,1%), leche entera (46,0%), chocolate (43,4%), harinas y otros cereales (43,0%), azúcar (41,1%), otros productos de panadería (40,7%), cacao y chocolate (40,0%), arroz (38,4%), pastas alimenticias (35,2%), café (28,8%), frutas frescas o refrigeradas (26,0%), etc. ¡Que os voy a contar que no hayáis sufrido en la compra!


Evolución de la tasa de paro: considera la capacidad de la economía para generar empleo. Ojo, estamos hablando de España, la peor tasa de desempleo de la Unión Europea y la peor también de la OCDE más que duplicando la media. Además, no olvidemos que se tienen en cuenta los fijos discontinuos.


Saldo presupuestario primario: refleja la sostenibilidad fiscal al analizar ingresos y gastos públicos, excluyendo el pago de intereses de la deuda. Sostenibilidad que ha criticado el Banco de España en su último informe.


En fin, que no es oro todo lo que reluce. España, no obstante, sobresale especialmente en dos variables: el crecimiento del PIB y la reducción de la tasa de paro. Sin embargo, la letra pequeña revela que estos logros están fuertemente influenciados por el aumento de la población trabajadora extranjera.

Análisis detallado de las cifras

Crecimiento del PIB


Entre el 2T 2019 y el 2T 2024, el PIB real de España creció un 6,6%. A primera vista, este dato es alentador, pero la composición de este crecimiento revela matices importantes. Y no entremos en el PIB per cápita, porque si no, salimos deprimidos de este artículo.


Aumento de la población ocupada


Durante el mismo período, el número de trabajadores ocupados creció en 1.739.000 personas. De estos, solo 388.000 corresponden a trabajadores españoles, mientras que 1.351.000 empleos fueron ocupados por extranjeros. Por el contrario, el empleo entre los trabajadores de nuestro país creció apenas un 2,4%.


Productividad y distribución del PIB


La productividad aparente del trabajo, que mide el PIB generado por cada trabajador, ha disminuido ligeramente desde 2019. Además, el PIB generado por trabajadores españoles apenas creció un 0,2% en el mismo período, mientras que el producido por trabajadores extranjeros aumentó un 36,4%, pasando de 52.500 millones a 71.600 millones de euros. Es decir, casi todo ha sido generado por no españoles.

¿Qué implica este crecimiento?

Si bien el crecimiento económico y la creación de empleo son logros que no hay que desdeñar, el hecho de que los beneficios de este crecimiento no esté llegando a la población española es motivo de preocupación; o por lo menos a mí me preocupa. Las familias españolas no han experimentado un aumento en sus ingresos reales porque apenas ha existido. A veces, una imagen vale más que mil informes…

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