Meliá perdió 596 millones de euros en 2020, el peor año de su historia. La cadena hotelera sufrió un desplome en sus ingresos del 71% respecto al ejercicio anterior por las restricciones a la movilidad impuestas en los países para frenar la covid-19. En concreto, ingresó 528 millones, frente a los 1.800 millones de un año antes, según las cuentas remitidas este jueves por el grupo mallorquín a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
Excluyendo deterioros, las pérdidas del grupo alcanzan los 425,9 millones de euros. El resultado bruto de explotación (Ebitda) del año fue negativo por 151,5 millones de euros, frente a los 477,9 millones de euros de un año antes.
"2020 no se parece a nada que hayamos conocido en nuestros 65 años de historia; no hay comparable posible", reconoce el CEO de la compañía, Gabriel Escarrer. Tras alcanzar en 2019 unos resultados positivos de 113 millones y mantener la misma tendencia durante los dos primeros meses de 2020, la aparición de la pandemia a partir de marzo "dejó la actividad turística en un estado de práctica hibernación", lamenta.
316 millones de liquidez
La compañía se ha marcado como prioridad mantener una posición de liquidez que permita "afrontar los meses venideros con cierta tranquilidad". En este sentido, la mayor parte de los vencimientos previstos para el ejercicio 2021 han sido ya refinanciados.
A cierre de diciembre, la situación de liquidez (incluyendo la tesorería, así como las líneas de crédito no dispuestas) asciende a 316 millones de euros. No obstante, esto ha supuesto un incremento de deuda de 663 millones durante 2020, situándola en un total de 1.255 millones.
Adicionalmente la compañía continúa analizando otras vías alternativas para obtener liquidez y reducir deuda, como la venta de activos con la posibilidad de mantener el contrato de gestión. Cabe destacar que de los 43 hoteles que tiene en propiedad la compañía, tan sólo 10 hoteles tienen alguna hipoteca. Dichos préstamos hipotecarios, que ascienden a 260 millones, representan tan solo un 7% del valor total de los activos en propiedad.
La compañía de la familia Escarrer espera una "fuerte recuperación" del sector turístico -y muy especialmente el segmento vacacional, que representa el 60% de sus hoteles y genera el 70% del beneficio operativo del grupo- "en el segundo o tercer trimestre del año, a medida que se vaya normalizando la situación sanitaria”.
"Apoyado en la demanda contenida de españoles, británicos, alemanes y franceses, el segmento vacacional de “sol y playa” sería el primero en recuperarse para España y otros destinos de corta y media distancia, como parece indicar la respuesta de un mercado como Reino Unido ante el anuncio de la próxima apertura de sus fronteras", comenta la compañía.
Sin embargo, los viajes de larga distancia tardarán unos meses más en recuperarse, al igual que los hoteles urbanos, muy sustentados en la demanda de negocios y MICE, que serán los más afectados a corto plazo.
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