Menorca está cada vez más cerca de abrirse a los supercruceros, hasta ahora inexistentes en la isla. Mahón cuenta con uno de los puertos naturales más grandes del mundo pero sus condiciones no dan margen de maniobra para que estos buques de grandes dimensiones atraquen en sus aguas. La Autoridad Portuaria de Baleares (APB) ha propuesto al Ayuntamiento de la capital un proyecto que permitirá la llegada de los pasajeros de estos barcos a la costa, con capacidades de entre 4.000 y 5.000 personas.
El plan plantea que los supercruceros se acerquen hasta la zona 2 del puerto de Mahón sin fondear, lejos de la costa y fuera del puerto natural. Allí los turistas efectuarían el desembarco a través de tenders -barcos más pequeños con capacidad de entre 150 y 200 personas- que les trasladarían hasta un pantalán o muelle flotante -aún por construir- a pies de la Fortaleza de La Mola, un complejo militar situado a la entrada del puerto de Mahón, explican fuentes de la Autoridad Portuaria a Vozpópuli.
El proyecto también incluye la construcción de una aduana en la costa para registrar el tráfico de los viajeros, así como un aparcamiento al que puedan acceder los diferentes medios de transporte que distribuirán a los pasajeros por la isla. Desde el Consorcio Militar de Menorca, gestor del terreno, precisan que se requiere un "proceso administrativo" para que el Ministerio de Defensa ceda la zona a la autoridad competente, pero han manifestado a este medio su "plena colaboración con las decisiones que más beneficien a Menorca".
La nueva infraestructura ayudaría a "descongestionar" el puerto de Palma, una de las prioridades del Govern en la próxima legislatura
La Autoridad Portuaria de Baleares aclara que ahora sólo llegan cruceros de pequeña y mediana eslora porque "atracar grandes cruceros dentro del puerto es inviable", lo que provoca que Menorca "quede fuera" de este mercado. Sin embargo, los turistas que viajan en las embarcaciones de menor magnitud "son clientes muy exquisitos que no suelen repetir destino hasta dos o tres años después" y la única manera de conseguir una llegada regular de extranjeros es a través de los megacruceros.
Un estudio elaborado por el organismo público sobre el Impacto Económico de la Actividad de los Puertos Gestionados por la APB señala que el puerto de Palma es la que más actividad económica genera con unos ingresos de 1.768,7 millones de euros en 2015 y el 71% del impacto total de las actividades portuarias en Baleares. En el puerto de Mahón sólo se ingresaron 158,8 millones de euros, por detrás de Ibiza y Formentera, que sumaron 476,4 millones.
La nueva infraestructura ayudaría a "descongestionar" el puerto de Palma de Mallorca, una de las prioridades del Govern en la próxima legislatura, aunque desde la Autoridad Portuaria insisten en que "su objetivo no es desviar tráfico" sino atraer a los cruceros por sí mismos. Además, también incrementaría el número de visitantes a la Fortaleza de La Mola de forma "exponencial", una de las principales atracciones turísticas de la isla.
El Ayuntamiento tiene la última palabra
La propuesta de la Autoridad Portuaria cogió fuerza en la última edición de la Cruise Shipping Convetion de Miami, la feria internacional de cruceros más importante del mundo en la que se reúnen turoperadores y representantes políticos de todo el mundo. Tras conocer el proyecto, las opiniones de los mayoristas de viajes fueron muy positivas, según ha podido saber Vozpópuli, lo que impulsó al organismo público a poner la propuesta sobre la mesa.
Ahora es el nuevo equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Mahón, en sintonía con el Consell Insular de Menorca y las navieras, el que tiene la última palabra. Ningún partido ha hecho oficial su postura pero fuentes del sector apuntan que el nuevo alcalde, el socialista Héctor Pons, es partidario de que la iniciativa salga adelante, por lo que se espera que se haga efectiva a lo largo de la legislatura.
Sin embargo, las mismas fuentes señalan que también hay varias voces en contra, entre ellas la de la formación Ara Maó, con Conxa Juanola al frente, quien ha sido clave en la investidura de Pons y tras su pacto de Gobierno gestionará, entre otras, las tenencias de alcaldía de Medio Ambiente. A ésta se suma la oposición de las fuerzas nacionalistas, entre las que se encuentra Més per Menorca, y de los partidos ecologistas.
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