El Gobierno ya ha anunciado que no prorrogará la supresión del impuesto a la generación eléctrica, que puso en marcha el pasado mes de octubre por un periodo de seis meses para tratar de frenar la escalada alcista del recibo de la luz. En palabras de la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, el Ejecutivo quiere evitar que se le tache de electoralista aunque, en realidad, el efecto buscado con la medida ha sido muy difuminado como consecuencia del comportamiento del mercado eléctrico mayorista, cuyas subidas han impedido que la decisión del Gobierno lograra buena parte de sus objetivos.
En los cuatro meses completos en los que se ha aplicado la supresión del impuesto (de noviembre a febrero), el recibo medio de la luz para los consumidores que están acogidos a la tarifa regulada (aproximadamente el 45% del total) ha sido de poco más de 60 euros al mes, lo que supone un incremento del 0,3% en relación con el mismo periodo de hace doce meses. Eso sí, con la diferencia de que por entonces, es decir, entre noviembre de 2017 y febrero de 2018, a los consumidores sí se les repercutió el impuesto a la generación eléctrica del 7% que pagaban las compañías.
Es cierto que la decisión del Gobierno, que advirtió desde el primer momento de su carácter temporal, sí consiguió frenar la espiral alcista en la que el recibo eléctrico se había metido durante los meses previos. La prueba es que las cifras de septiembre fueron las más elevadas del año y, desde entonces, el recibo ha encadenado varios descensos consecutivos en relación con el mes anterior.
Sin embargo, respecto a los meses comparables del año anterior, las cifras hablan de un efecto neutro, aunque siempre hubiera sido peor para los consumidores que el impuesto se hubiera mantenido. En este caso, el efecto de la notable subida experimentada por los precios mayoristas de la electricidad hubiera impactado de lleno en el recibo. Ese ha sido precisamente la actitud del Gobierno, felicitarse por que, al menos, se han evitado males mayores.
Tendencia alcista
La supresión temporal del impuesto ha sido oscurecida por un notable incremento en los precios del mercado mayorista. En los meses citados anteriormente, las subidas globales en este mercado han superado el 8%, con especial incidencia en enero, cuando el precio del 'pool' ha sido un 24% más elevado que el registrado en el mismo mes del año anterior.
Mientras, la tendencia sigue siendo alcista en marzo. En lo que va de mes, el mercado eléctrico acumula subidas superiores al 9% respecto a las primeras dos semanas de marzo de 2018.
De esta forma, todo parece indicar que cuando vuelva a aplicarse el impuesto a la generación, la subida del recibo va a ser notable toda vez que la tendencia alcista del mercado no va a poder ser compensada. En los tres primeros meses del año, el peso de las energías renovables en la generación de electricidad no llega al 40% mientras que la fuente que más está creciendo en este periodo son los ciclos combinados.
Precisamente, la subida del precio de las materias primas está siendo uno de los factores que está provocando tensiones en el 'pool'. También influye la reducción de la cantidad de lluvia y viento en relación con el año anterior, que juega en contra de la producción con renovables, las fuentes más económicas junto con la nuclear, que estás funcionando sin incidencias.
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