La rapidez con que se ha querido impulsar la transformación del automóvil hacia la electrificación está comenzando a generar demasiadas dudas en los fabricantes ahora que parece que no avanza a la velocidad esperada.
El fabricante Stellantis-que agrupa marcas como Peugeot, Citroën, Fiat, Jeep o Alfa Romeo- ha sido uno de los últimos y ha anunciado que va a eliminar alrededor de 400 puestos de trabajo en Estados Unidos mientras trabaja para cambiar su línea de productos hacia los automóviles eléctricos.
La decisión afecta a alrededor del 2% del personal de ingeniería, tecnología y software del fabricante en EE.UU., ha dicho la compañía en un comunicado recogido por Bloomberg. Los recortes entrarán en vigor el 31 de marzo.
"A medida que la industria del automóvil continúa enfrentando incertidumbres sin precedentes y mayores presiones competitivas en todo el mundo, Stellantis continúa tomando las decisiones estructurales apropiadas en toda la empresa para mejorar la eficiencia y optimizar nuestra estructura de costes", ha señalado la compañía.
La medida subraya el entorno desafiante, en el que los fabricantes de automóviles se enfrentan a una desaceleración del crecimiento en el mercado de vehículos eléctricos y a una mayor competencia, señala la agencia.
Stellantis, formada a partir de la fusión en 2021 de Fiat Chrysler y el grupo francés PSA, había advertido el mes pasado sobre un año turbulento por delante mientras intenta lanzar nuevos modelos de vehículos eléctricos. 'The Wall Street Journal' fue el rotativo que adelantó el anuncio de los despidos.
Frenazo también de Mercedes-Benz
No sólo Stellantis está preocupada en cómo el mercado de coches eléctricos avanza mucho más lento de lo previsto, y una de las marcas que más fuerte apostó por ello, Mercedes-Benz, ha decidido dar un paso atrás y retomar el desarrollo de sus modelos de combustión.
Para la marca alemana, las condiciones del mercado no son todavía las ideales para dar prioridad absoluta al coche eléctrico y renegar del motor de combustión interna. Y ello a pesar de que en 2019, anunció que dejaba de desarrollar nuevos motores de combustión interna para centrarse en los coches eléctricos.
Pero ahora, cinco años después, a Mercedes-Benz le han entrado las dudas y ve que la adopción del coche eléctrico no es tan rápida y masiva como preveían, por lo que vuelve a dar prioridad a los modelos de combustión e híbridos, más baratos, en busca de una rentabilidad que no encuentra en los modelos eléctricos.
Un cambio de guion, pues la automovilística alemana no dudó entonces en apostar por una política basada en los coches eléctricos y en sus modelos AMG más deportivos, y ahora se prepara para hacer justo lo contrario, volver a priorizar volumen con coches de combustión más asequibles.
Un giro que inquieta en Europa, ya que existe una cláusula de revisión sobre la prohibición de la venta de coches nuevos con motores de combustión interna prevista para 2026. En esa fecha se podría aplazar la fecha o cancelarla directamente, y son muchas las voces que están poniendo freno a esa prohibición.
Aun así, desde Mercedes han querido dejarlo muy claro: "Nuestra estrategia a largo plazo es pasar a la electricidad, siempre que las condiciones del mercado lo permitan”. Y de momento Mercedes, como muchos otros, sienten la ralentización de la demanda de coches eléctricos en sus mercados claves, Estados Unidos y Europa, que los ha llevado a dar una vuelta de tuerca a sus políticas.
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación