El Banco Central Europeo (BCE) ha enchufado 1,023 billones de euros (trillions en inglés) en dos inyecciones de liquidez inéditas hasta la fecha en la Eurozona, conocidas como Long Term Refinancing Operation (LTRO). De este mecanismo extraordinario, España ha captado casi un tercio, hasta una cifra total de 275.000 millones de euros. Le sigue, a no mucha distancia, Italia. Entre ambos, consumen más de la mitad de la ‘barra libre de liquidez’. Este dinero ha sido vital para que ambas naciones cubrieran sus necesidades de financiación acuciantes.
Mediante esta inyección, el BCE prestaba dinero al 1% de manera ilimitada, a devolver en 36 meses. Los bancos han empleado esta liquidez para afrontar sus vencimientos y, de paso, arbitrar con deuda pública a corto plazo, anotándose un elevado diferencial a favor. Esta operación financiera, conocida como carry trade en mercado, proporciona una plusvalía que las entidades financieras necesitaban como agua de mayo para sus cuentas de resultados de este año, muy presionadas por los requisitos de recapitalización de las autoridades bancarias.
Así, la banca mediana española fue la más activa en el primer LTRO de diciembre de todo el sistema europeo. Espoleados por los grandes banqueros españoles (FG animó a las entidades domésticas a ser más agresivas aun en la segunda colocación del 29 de febrero, superando el estigma de ponerse en manos del BCE) incrementaron la captación en un 39%, hasta un total de 275.000 millones de euros; 115.000 millones en la primera y 160.000 en la segunda.
Un 26,88% del total, todo ello según datos presentados por Barclays. A continuación, Italia se hizo con 255.000 millones. Les siguen, a distancia, Francia, con 162.000 millones e Irlanda, con 100.000.
Más que un alivio, un rescate
España e Italia tienen en común que han precisado de esta ayuda encubierta del BCE para afrontar la crisis de deuda soberana que se cebó sobre ambos países en noviembre. Con los bonos domésticos en el entorno del 6% y del 7% en el país transalpino, la sequedad de los mercados llevó la capacidad de financiación de ambas economías al límite. El colapso estuvo en ciernes.
Fue aquí donde el BCE se vio obligado a actuar, financiando de manera indirecta a los tesoros a través del LTRO. El banco central no puede comprar deuda pública en los mercados primarios, tal como recordó Ángela Merkel enfáticamente, pero dio oxígeno a los estados a través de un mecanismo que financia a los bancos y los tesoros, aunque ese dinero no llegue de momento al crédito.
España e Italia han aprovechado para refinanciar todo lo que han podido a tipos bajos. España ya tiene el 40% de sus vencimientos de 2012 cubiertos y ha anunciado un gran crédito del ICO para que los ayuntamientos paguen a proveedores. Los bancos españoles, asimismo, también han solventado sus vencimientos de este ejercicio y prácticamente de todo el que viene. De paso, han logrado emitir algo, en un leve amago de apertura de los mercados.
Al calor de las cifras presentadas por Barclays, no es aventurado señalar que tanto España como Italia han sido rescatadas de facto, con ayudas que han superado los 250.000 millones en ambos casos. Ahora, queda por ver qué ocurre, después de las dos grandes operaciones del LTRO. Los expertos dan por hecho que el BCE mantendrá su apoyo a la liquidez, aunque sea mediante otros mecanismos menos agresivos.
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