Comienzos de diciembre: se inicia una campaña para las elecciones generales; comienzos de junio, pistoletazo de salida de una campaña para las elecciones generales. Entre ambas fechas, seis meses para forjar el particular día de la marmota que está viviendo la sociedad española y que han dejado consecuencias funestas para el mercado. En este particular periodo entre campañas, la Bolsa española se ha dejado algo más de 81.000 millones de euros, equivalente a casi el 8% del PIB. El Ibex-35 ha caído en torno al 16% en seis meses de incertidumbre política, el doble que los principales mercados europeos.
Definitivamente, el baile político no le sienta nada bien a la Bolsa española. Desde el inicio de la campaña de las elecciones de diciembre, cuando el Ibex-35 se situaba cómodamente por encima de los 10.000 puntos, no ha vuelto ni a acercarse a esta cota. La publicación de las encuestas durante aquellas semanas previas a la consulta electoral, que apuntaban ya a un resultado que haría complicada la formación del Gobierno, sumió a los inversores en una incertidumbre de la que no han salido.
A este clima también han contribuido factores externos, como las dudas sobre el crecimiento de las economías emergentes, especialmente la china, que provocaron turbulencias en las bolsas internacionales en los primeros días de 2016. Y también el volátil comportamiento de los precios del petróleo. Pero la comparativa pone sobre la mesa que la Bolsa española ha sido significativamente más golpeada.
Sin ir más lejos, París y Fráncfort, dos de los principales mercados europeos, también han padecido las incertidumbres que han azotado a las bolsas. Sin embargo, desde comienzos de diciembre han protagonizado descensos por encima del 8%, la mitad de los registrados por el de Ibex-35 en este mismo periodo, limitado por las campañas electorales en España.
El desplome de los bancos
La comparativa es aún más significativa en el caso de otros mercados. Por ejemplo, la Bolsa de Londres ha perdido tan sólo en torno al 2,5% en estos seis meses. Un comportamiento muy similar al mostrado por el Nasdaq, el mercado tecnológico de la Bolsa de Nueva York. El Dow Jones, precisamente el índice de referencia de Wall Street, presenta incluso un balance positivo, con avances superiores al 2% en este último medio año.
Las entidades financieras han sido las más castigadas en esta particular sangría. Los títulos de Banco Popular se han desplomado cerca de un 55%, aunque su comportamiento ha estado condicionado por la ampliación de capital que anunció hace unos días. Caixabank y Bankia han perdido un 35% de su capitalización entre las campañas electorales.
Mientras, BBVA ha sido otro de los valores más golpeados ya que ha visto reducido su precio un 25%.
Huida de los bonos
Los inversores no sólo han escapado de la renta variable en este periodo tan peculiar. También han dado la espalda a los bonos, lo que ha hecho que la prima de riesgo se haya elevado en torno al 35% en estos seis meses. Poco antes del inicio de la campaña de diciembre, el diferencial con el bono alemán estaba cerca de situarse por debajo de la barrera de los 100 puntos. Este viernes, primer día de la nueva campaña, la prima se elevaba hasta los 142 puntos básicos.
De poco ha servido la bonanza de los datos macroeconómicos, que sitúan a España como la economía con mayor crecimiento de Europa, aunque las previsiones de los principales organismos internacionales han sido revisadas a la baja. La incertidumbre política ha prevalecido sobre variables puramente económicas. Y la tendencia podría prolongarse en función de los resultados de la próxima consulta electoral y el transcurso de las negociaciones para confeccionar al fin un Gobierno estable.
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación