La carrera contrarreloj en que se han convertido las negociaciones entre Grecia y el Eurogrupo, con el impago al FMI de fondo y el referéndum del domingo como nueva fecha totémica, preocupa a los inversores pero cada vez con menos ansiedad. El Ibex, aunque sufrió un recorte del 4,56% al principio de la semana, está buscando excusas para recuperar su tono alcista, en línea con el resto de bolsas europeas.
Y en cuanto aparece una noticia que incita al optimismo, como la carta de Tsipras aceptando las condiciones del fin de semana adelantada por el ‘Financial Times’, vuelven a tomar posiciones hasta situar el índice en los 10.991 puntos, aunque llegó a superar los 11.000 puntos justo cuando se conoció el contenido de la misiva.
En los últimos meses el Ibex ha estado padeciendo el tira y afloja de las negociaciones entre el gobierno de Tsipras y la Troika, incluso más que el resultado de las elecciones municipales y autonómicas del pasado 24 de mayo. El lunes siguiente a que se celebraran los comicios el selectivo cayó un 2%, situándose por debajo de los 11.400 puntos, en una jornada que estaban cerradas la mayoría de plazas financieras mundiales por ser festivo.
Grecia "cambia nuestra perspectiva sobre el PER, porque es una cuestión psicológica, de pagar más o menos. Y bajando de 17 a 16 ya estaríamos contemplando el peor escenario”, dice Andbank
Y ahora mismo, con la enorme incertidumbre que se vive día tras día a la espera de acontecimientos definitivos en Grecia, el índice de la bolsa española apunta con firmeza hacia los 11.000 puntos en un movimiento que los analistas consideran de subida para alcanzar los 12.000 e incluso los 13.000 puntos, como preveían muchos informes antes de la sorpresa del referéndum, y teniendo en cuenta que el consenso de mercado indica que la bolsa española es la que menos potencial de revalorización presenta respecto a otros índices europeos.
En Andbank sitúan el nivel del Ibex por encima de los 12.500 puntos a finales de año, lo que implicaría una revalorización del 10%, como consecuencia del crecimiento de la economía española, superior al 2,5%. El efecto contagio del drama heleno en unas elecciones generales a la vuelta de la esquina no es un escenario que altere sus previsiones. “No vemos una situación política difícil en España porque no va haber una situación de dominio de los partidos emergentes y siempre va a estar uno de los tradicionales que actúe de estabilizador”, asegura Álex Fusté, economista jefe de la entidad andorrana.
“Grecia no modifica nuestros análisis sobre ventas y márgenes de las compañías españolas. Sí que cambia nuestra perspectiva sobre el PER, porque es una cuestión psicológica, de pagar más o menos. Y bajando de 17 a 16 ya estaríamos contemplando el peor escenario”, subraya.
Algo más reducido lo contempla el equipo de análisis de mercados de Bankinter, con con una estimación de 13 veces, situando al Ibex en los 11.110 puntos, penalizado por la evolución del bono a diez años y el incremento de los beneficios por acción, aunque para 2016 sus previsiones lo sitúan por encima de los 12.000 puntos. Y si el asunto de Grecia se normaliza de aquí a finales de año, sería un objetivo que se podría adelantar, aunque la volatilidad de los mercados va a pesar mucho.
Para BNP Paribas, la incertidumbre política sí que juega un papel central en sus previsiones sobre el índice bursátil español, al que sitúan en los 11.900 puntos por este aspecto, aunque podría alcanzar los 12.300 puntos por las estimaciones de crecimiento de la economía española.
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