Presión de los hedge funds sobre las posiciones cortas de Repsol, que alcanzan ya el 3,69% del capital de la compañía presidida por Antonio Brufau, e incertidumbre sobre su capacidad de asimilar la compra de la canadiense Talisman Energy si el precio del petróleo no supera ampliamente los 50 dólares por barril. Dudas de los inversores sobre la ampliación de capital de 1.000 millones de euros que va a llevar a cabo OHL en un momento de máxima tensión sobre su cotización, que ya ha perdido el soporte de los 12 euros y se sitúa en su peor nivel desde hace seis años. Y revisión a la baja de las perspectivas bursátiles de Telefonica de las principales firmas de análisis, que consideran que la empresa de telecomunicaciones española ha quedado demasiado expuesta al mercado latinoamericano, uno de los más proclives a sufrir los vaivenes de la economía de Estados Unidos, pendiente de la posible primera subida de tipos de interés por parte de la Reserva Federal norteamericana.
Son ejemplos de la extrema volatilidad que los mercados están provocando en tres pesos pesados del Ibex. La crisis del 'corralito' bursátil chino y el temor a una ralentización mayor de la prevista en la economía del gigante asiático, el interminable proceso de negociación de la Troika con Grecia, abocada a nuevas elecciones a finales de septiembre, y la inquietud que puede deparar el panorama político en España, con los comicios autonómicos catalanes primero y las generales después, han provocado un verdadero terremoto en la cotización de varias firmas de peso del índice selectivo, arrastradas en mayor o menor medida por los acontecimientos.
Que la situación política en España comienza a preocupar a los inversores se demuestra con los datos del pasado lunes. Un día sin las referencias de Wall Street, cerrado por festividad, que permitió cierto respiro a los parqués europeos menos al Ibex, único índice que cerró en rojo. Y la prima de riesgo ha remontado hasta casi los 140 puntos, un 4,33% más.
En el caso de Repsol, la prolongación de un precio del petróleo Brent por debajo de los 50 dólares, un 60% menos desde hace un año, está creando crecientes problemas a las compañías petroleras, como Repsol. Aunque la diversificación de su negocio le ha permitido sortear la crisis durante estos años, la caída en picado del precio del crudo significa un problema para la rentabilidad de ciertas partes del negocio de Talisman Energy, que compró en mayo. El próximo plan estratégico de la compañía, que presentará el próximo noviembre, deberá recoger el impacto en sus cuentas de resultados de un mercado del petróleo a la baja. Su acción ha pasado de cotizar a 15,12 a principios de año a los 11,73 euros del cierre del martes, un nivel que no veía desde hace tres años.
La noticia de la ampliación de capital por valor de 1.000 millones que anunció antes a finales de julio la compañía de construcción y servicios OHL supuso que sus acciones perdieran un 30%, afianzando una fase bajista que ha situado su cotización en su nivel más bajo de los últimos años, en en 11,82 euros. La dilución del valor de sus títulos que deberá soportar un accionista actual con la ampliación no será fácil de digerir, sobre todo cuando la capitalización bursátil del grupo presidido por Villar Mir se ha situado en 1.200 millones de euros. El escándalo de presuntos sobornos realizados en algunas obras de su filial en México tampoco ayudan a su reputación corporativa e influye a la hora de presentarse en licitaciones de obras públicas internacionales.
Brasil se ha convertido en una molesta china en el zapato para los responsables de Telefonica. La compañía cerró la compra de su rival brasileña GVT, pertenecientes a Vivendi, por 4.663 millones de euros a finales de mayo, en una operación que le permite situarse en el mercado brasileño como una de las firmas líderes. Pero el momento por el que atraviesa la economía del gigante sudamericano, con una recesión del 2,6% durante el primer semestre de este año y una previsión de contracción del 0,5% para 2016, no invitan al optimismo. Y así lo recogen ya sin reparos las principales casas de análisis, que han rebajado el potencial de Telefonica en bolsa de manera considerable, hasta recomendar mantenerse neutros o directamente infraponderar el valor, que algunas de estas firmas sitúan por debajo de los 12 euros con que cotiza ahora.
La presión sobre la economía brasileña de una subida de tipos de interés, con un dólar más fuerte, si al final se aprueba por la FED este año, puede terminar impactando todavía más en la preocupación de los analistas sobre la cotización de la operadora española, que al haber centrado su negocio internacional en Latinoamérica ha quedado más expuesta al nerviosismo de los inversores sobre los mercados emergentes. Basta con recordar que Brasil representa el 24% del ebitda del grupo de telecomunicaciones.
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