Mercados

¿Cederá Estados Unidos a las presiones para retrasar la subida de tipos de interés?

Las recientes turbulencias de China y los mercados emergentes han aumentado las voces que piden a Estados Unidos que postergue la prevista subida de tipos en septiembre a un momento más calmado, pese a que la economía norteamericana da muestras de recuperacíón sostenida.

Subir los tipos o no subirlos. Si las dudas que mantenían los miembros de la Reserva Federal norteamericana durante los últimos tiempos se referían sobre todo a la capacidad de la economía norteamericana de mantener su crecimiento por sí misma sin necesidad del auxilio del supervisor, ahora la incertidumbre es si debe pensar en lo que ocurre más allá de sus fronteras, por cómo pueda repercutirle. Propiciar la teoría del caos… o simplemente comenzar un proceso que de tan esperado no produciría un efecto tan sorprendente, teniendo en cuenta que la subida sería en una proporción casi nimia.

Pero comenzar a subir los tipos en medio de incertidumbres para los mercados como las nuevas elecciones griegas o, sobre todo, las dudas que aún persisten sobre las bolsas chinas podría ser malinterpretado por los inversores, por la reacción en los mercados denominados emergentes y las divisas.

Las autoridades chinas consideran que ha sido precisamente la cercanía de la próxima reunión de la Reserva Federal y la expectativa de que finalmente se anuncie el comienzo del proceso de incremento de los tipos de interés lo que ha provocado la reacción de los inversores, retirando capitales de los mercados emergentes, un movimiento que ha acentuado la devaluación de sus divisas, entre ellas la del yuan.

Aunque el proceso de desaceleración de la economía china también sigue sus propios cauces, con una inyección masiva de liquidez en el sistema financiero para sostener unos activos bursátiles inflados, si la Reserva Federal norteamericana se decidiera a dar el paso de subir los tipos ahora, la incertidumbre que generaría aumentaría las dudas sobre unos mercados emergentes, como los asiáticos, que ya sufren en sus carnes la caída del precio de las materias primas y el 'corralito' de la bolsa china.

Y al gigante asiático no le interesa que sus socios comerciales de la región tengan más zozobra... ni él mismo. Un simulacro de lo que podría ocurrir con el comienzo de la subida de tipos están teniendo la ocasión de experimentarlo las autoridades de Estados Unidos con la venta de bonos norteamericanos que ha comenzado a realizar China, el mayor tenedor de su deuda. Con esta operación, pretende incrementar sus reservas de dólares para sostener el tipo de cambio de su moneda en los mercados de divisas.

La Reserva Federal norteamericana no es ajena a las dudas de los inversores internacionales, pero es consciente de que seguir prorrogando en el tiempo la asistencia artificial de su economía tampoco ayudar a disipar los temores, teniendo en cuenta que durante el segundo trimestre del año el dato de crecimiento fue del 3,7%, muy por encima del 2,3% estimado. Si los datos macro van indicando que la recuperación está en marcha, ¿qué sentido tiene mantener los estímulos monetarios? Y mantener un mensaje incoherente en un mundo que va en dos direcciones, insufla también dudas a los inversores.

“El aplazamiento de la subida de tipos no sería una buena noticia: se traduciría en problemas para salir de una política monetaria no convencional en un ciclo de crecimiento, pero ya muy avanzado”, apunta Ivan Díez, responsable de Groupama AM en España. “La sucesión de riesgos es siempre una razón para postergar la adopción de un ajuste que, sin embargo, no haría más que transformar una política monetaria excesivamente acomodaticia en otra excepcionalmente acomodaticia”.

El mayor riesgo para la economía norteamericana con la subida de tipos es que no se cumplan las expectativas de inflación, razón por la cual numerosos analistas y expertos descartan que se produzca tal subida en estos momentos. E incluso ven necesario más estímulo monetarios de los bancos centrales de los países desarrollados si China no es capaz de controlar la salida de capitales. “El riesgo para los mercados expuestos a perder el apoyo del 'quantitative easing', en un momento en el que el crecimiento económico sigue siendo muy frágil, ha vuelto a aparecer y no desaparecerá fácilmente”, señala Didier Saint Georges, miembro del comité de inversiones de Carmignac.

Una respuesta puede que se encuentre en la reunión anual de banqueros centrales de todo el mundo que se celebra este fin de semana en Jackson Hole, Kansas, que precisamente tendrá como tema central la inflación.

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