Una de las fortunas más importantes de España y más desconocida para el público en general está sufriendo la depreciación de las acciones de su compañía. Se trata de Daniel Maté, directivo de la empresa minera anglosuiza Glencore, que está siendo noticia estos días por su pronunciada caída en bolsa.
Maté Badenes se convirtió hace cuatro años en la persona más buscada por los periodistas al convertirse en compañero de la lista Forbes de los grandes millonarios españoles de Amancio Ortega, dueño de Inditex, o Isak Andic, fundador de Mango. ¿La razón? La salida a bolsa de Glencore en Londres destapó el nombre de Maté como propietario de una parte de la compañía, especializada en materias primas.
La ralentización de la economía china ha frenado el consumo de materias primas como el cobre, el carbón o el zinc, que han visto descender su precio en los mercados internacionales. Glencore, que se convirtió con su salto al parqué en un gigante del sector, está sufriendo las consecuencias de su agresivo crecimiento durante los últimos años que le ha hecho acumular una deuda de 30.000 millones de dólares. Los analistas dudan de que pueda salir a flote sin reducir de manera drástica sus costes y la cotización de la firma está siendo penalizada con un derrumbe del 75% en lo que va de año.
Un auténtico varapalo que ha llevado a sus directivos a presentar un duro plan de ajuste para reducir en 10.000 millones el volumen de deuda, que incluye la eliminación del dividendo a partir de este año, una ampliación de capital por valor de 2.500 millones de euros, la suspensión de producción de cobre en Congo y Zambia para estabilizar los precios, una reducción del capital circulante de hasta 1.500 millones y la venta de activos agrícolas.
La colocación de un 20% de las acciones de Glencore en la bolsa de Londres a mediados de 2011 significó la mayor OPV en la historia del mercado británico.
Todo para evitar una reducción de su calificación crediticia y un empeoramiento de sus perspectivas en los mercados, que no terminan de ver con claridad la reestructuración de la empresa, sometida al cambio de tendencia de la economía china y su repercusión en el precio de las materias primas.
La colocación de un 20% de las acciones de Glencore en la bolsa de Londres a mediados de 2011 significó la mayor OPV en la historia del mercado británico, con una valoración de hasta 58.000 millones de dólares, y puso luz y taquígrafos a una compañía que hasta entonces se movía en el más estricto de los anonimatos, siguiendo la estela de los bancos suizos. El poder de la compañía era inmenso, al controlar el 50% mundial del cobre y gran parte de las transacciones con materias primas agrícolas, pero necesitaba financiación para continuar su expansión internacional, como haría dos años después con la compra de su rival Xtrata.
Al tener que presentar negro sobre blanco sus datos para la salida a bolsa, trascendió el nombre de Daniel Maté, que ostentaba el 6% de la firma, con 416 millones de acciones, valoradas en unos 2.500 millones de euros a precio de mercado. Teniendo en cuenta que la cotización inicial de Glencore fue de 530 peniques y que el lunes su precio en bolsa había caído hasta los 68 peniques, se puede hacer un cálculo de la depreciación sufrida por Maté con sus títulos.
Existen poquísimas imágenes de Maté, que guarda con celo su intimidad. Consejero de la compañía y responsable de las áreas de cobre, zinc y plomo, la vida del 'nuevo' millonario español está vinculada al mundo de las materias primas desde hace décadas. Reside en Suiza y estudió Derecho y Económicas en la Universidad de Deusto, en Bilbao. No le gusta hacer declaraciones ni aparecer en público, siguiendo la estrategia histórica de Glencore hasta que salió a bolsa.
En su momento se especuló con que la operación había representado un auténtico pelotazo para los directivos de la firma, en un momento en que comenzaban a sentirse los efectos de la crisis financiera mundial. Ahora el pelotazo se ha deshinchado un poco y están sufriendo en sus carnes lo que significa el pinchazo.
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