Espirito Santo caía un 50% durante el día. Argentina vuelve a meterse en los enfangados terrenos de las suspensiones de pagos, en los que tan cómodos parecen sentirse sus políticos. Y, en España, Grifols, una de las compañías aparentemente inmunes a la crisis, se hundía un 14%. La deuda sigue en zona de máximos. Nada permite descontar que agosto será un plácido mes vacacional en los mercados financieros.
La crisis del Banco Espirito Santo continúa deparando días negros. Hoy, la compañía portuguesa presentó sus resultados, que arrojaron unas pérdidas de 3.600 millones de euros, por lo que el valor tuvo que ser suspendido. En su reanudación, se hundía más del 50%, finalizando un 42% abajo, a 0,201 euros por título.
La entidad perdía más de 800 millones de euros de capitalización, hasta los 1.130 y está pidiendo a gritos una hoja de ruta que pueda hacer pensar en su viabilidad, con entradas de capital nuevas y ayudas públicas. Decir que cotiza en mínimos históricos es casi una anécdota a estas alturas.
En España, Grífols presentaba unos resultados que le servían para caer un 14% en Bolsa. La caída en algunos de sus márgenes no agradaba al mercado y algunos brokers como Banco Sabadell o Mirabaud recibían con comentarios negativos sus cuentas.
El valor ha sido aparentemente inexpugnable a la crisis, pero con la caída de hoy entraba en pérdidas anuales (-3,4%). La compañía tiene una enorme parte de su negocio fuera de España, lo que le ha permitido sacudirse del estigma español en los recientes tiempos convulsos e incluso simpatizar sin el menor problema con el reto soberanista de Cataluña, cuando las principales compañías han optado por la prudencia. Aun así, en los dos últimos años casi ha duplicado su valor en Bolsa.
¿Qué decir de Argentina, que sigue peleando con los fondos buitres y está al borde de realizar una nueva suspensión de pagos?
El mejor de Europa
Con semejante panorama, el Ibex despide el mes de julio con una subida anual del 7,9%, pero no ha podido recuperar los 11.000 puntos, algo que hoy parecía posible en los primeros compases. Aun así, sigue siendo el mejor de Europa entre los principales.
El Dax alemán cae un 1,51%, el Cac 40 francés prácticamente repite (-0,72%), lo mismo que el FT 100 británico (0,10%), mientras que el Dow Jones, pese a seguir en zona de máximos históricos, no logra sacar músculo y sube menos del 2% anual.
En deuda, el 10 años español cerró en el 2,50%, zona también muy cerca de sus mínimos y que, al menos, aleja cualquier temor al Gobierno en materia de financiación del estado. Los recientes datos de empleo y crecimiento de la economía han sido un aldabonazo, seguramente no previsto o al menos no con tanta fuerza, que permitirá que Mariano Rajoy y Luis de Guindos se vayan de vacaciones sintiendo que han cumplido con creces.
Pero agosto no llega con señales tranquilizadoras. Hay fuertes focos de tensión en económico y todavía lo son más en lo geopolítico; especialmente en Ucrania y Gaza.
Una vez más, los bancos centrales deberán permanecer expectantes por si hace falta inyectar la anestesia monetaria que neutralice un verano demasiado caliente, ya que los ingredientes están servidos para ello.
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