El Gobierno reitera una y otra vez que la petición de asistencia financiera a sus socios comunitarios no es urgente. La semana pasada el presidente Mariano Rajoy dejó entrever durante su comparecencia en el Congreso que cree posible evitarlo este año. El motivo es claro. El Estado aún puede afrontar sus compromisos de pago y no se siente bajo presión.
La mejora de los mercados en los últimos meses ha tenido efectos balsámicos al permitir al Tesoro cubrir sus vencimientos hasta final de año y mejorar su posición de liquidez.
El colchón de seguridad que el Tesoro guarda en el Banco de España, una especie de caja para gestionar los desfases entre gastos e ingresos, se ha restablecido en septiembre después de siete meses consecutivos de caídas, según los últimos datos publicados la semana pasada por el Ministerio de Economía y Competitividad. En septiembre esta hucha para contingencias, reservada para evitar quedarse totalmente expuesto a los caprichos del mercado, aumentó en 17.669 millones hasta los 36.704 millones, un cifra que se aleja así del mínimo de 24 meses de agosto cuando tocó los 19.035 millones.
El Tesoro afronta así la recta final del año con una posición de caja cómoda que le permitirá aguantar hasta 2013.
Al Estado le quedan unos 40.000 millones de euros por financiar de aquí a final de ejercicio para cubrir la generación de déficit y los vencimientos (14.066) de los dos últimos meses del año. Y si bien es cierto que la cifra de caja de septiembre no tiene en cuenta el impacto de los 29.116 millones de euros que vencían en octubre, también lo es que el Estado emitió 24.284 millones de euros el mes pasado y que programa los meses de mayores vencimientos para que coincidan con los más fuertes en ingresos fiscales.
Por otra parte, la diferencia entre todo lo emitido este año (169.724 millones) y los vencimientos totales (153.052 millones) deja un remanente adicional de otros 16.672 millones a día de hoy. El Tesoro cuenta, por tanto, con colchones suficientes para afrontar la última parte del año incluso si los mercados se cerraran y no pudiera captar nada en las ocho subastas de deuda que le quedan. La próxima la afronta la semana que viene cuando tiene previsto emitir deuda a tres, seis y veinte años.
“La situación de liquidez es holgada para aguantar unos meses y deja al Tesoro en una buena situación de partida para 2013”, reconoce Miguel Arregui, de AFI.
La duda es cuántos meses podrá aguantar el Estado sin solicitar asistencia financiera. La caída de la prima de riesgo (se ha relajado mas de 200 puntos básicos desde julio), la buena evolución de las subastas de los últimos meses y el regreso reciente de los inversores extranjeros está motivado en gran parte por la expectativa de que el BCE intervenga en el mercado de deuda una vez que el Gobierno pida ayuda financiera. Si esta solicitud no llega o se retrasa en exceso, la tregua del mercado puede acabar con rapidez, complicar las subastas del Estado y secar la hucha.
“El margen del Tesoro no es absoluto. Imaginemos que la prima de riesgo se vuelve a disparar. El margen mínimo son dos meses ”, advierte Juan Ignacio Crespo, analista financiero.
En 2013 el Estado tendrá que emitir 207.000 millones de euros, según los Presupuestos Generales del Estado. “Si el Estado es capaz de que los residentes sigan comprando deuda y los no residentes refinancien la actual tiene suficiente caja para la primera parte de 2012”, añade Arregui.
Al final el acceso del Estado a la financiación del mercado será la clave. Los inversores extranjeros compraron deuda española por primera vez en nueve meses en septiembre pero está por ver si mantienen esta tendencia o al menos no se revierte. Pimco, la mayor gestora de renta fija del mundo, reconoció esta semana que ha dejado de comprar deuda por el retraso del Gobierno español a la hora de pedir asistencia financiera.
“No es lo mismo pedir el rescate en un momento de tranquilidad que en mitad de un ataque de pánico y con la financiación de los mercados cerrados. Puede ser bueno no pedirlo si se prolonga la tregua. Es una jugada arriesgada y el Gobierno estará evaluando las ventajas e inconvenientes”, añade Crespo.
El margen del Gobierno no es infinito, especialmente si las previsiones de déficit no se cumplen y las necesidades de financiación aumentan más de lo esperado. “No hay que generar un excesivo optimismo. Es positivo que se restaure la caja del Tesoro. Siempre hay que tener dinero para afrontar el día a día pero hay que ver cuáles son las necesidades finales de déficit. Las previsiones apuntan por encima del 7% “, avisa Joaquín Maudos, profesor e investigador del IVIE.
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