Mercados

Los extranjeros sí pujan por los activos estratégicos en España

Algo está cambiando. España no solo genera recelo entre los inversores extranjeros. Aquellos con un horizonte de inversión a largo plazo sí pujan por los activos estratégicos del país como ha mostrado su participación en el proceso de privatización de la gestión del agua de Barcelona.

España está en venta. Digerir el elevado endeudamiento generado durante los años de bonanza económica se ha convertido en el gran quebradero de cabeza para el país. Las opciones para el Estado, las empresas y las familias escasean. Toca asumir un largo proceso de austeridad y la venta activos se impone para sobrevivir. Un duro camino hacia la recuperación en el que la participación del capital extranjero resultará clave para suavizar el proceso.

La buena noticia es que la tolerancia hacia el riesgo España ha mejorado. Los inversores foráneos, conscientes de las oportunidades que ofrece el país están dispuestos arriesgar, especialmente si se trata de activos estratégicos. Gusta, en concreto, todo lo relacionado con las infraestructuras básicas, el transporte o la energía.

La privatización de la gestión del agua en Barcelona ha demostrado que el apetito de los extranjeros existe siempre y cuando la calidad del activo sea elevada, el marco jurídico estable y el retorno esperado de la inversión elevado, superior al 10% anual.   

La Generalitat de Cataluña ha confiado al consorcio liderado por Acciona la gestión del agua de Barcelona por 50 años. Acciona (39%) se presentaba al concurso junto al banco brasileño BTG Pactual (39%) y las firmas catalanas Rodés y Godia, mientras que Aguas de Barcelona, derrotada en el proceso, se había unido con los fondos First State y Caisse Dépot, y con un grupo de empresas catalanas: Copisa, Acsa, Constructora Calaf, Aigües de Terrassa y Aigües de Sabadell.

Acciona pagará 1.000 millones por la concesión. Pese a las presiones de Aguas de Barcelona el consorcio liderado por el grupo que preside José Manuel Entrecanales se impuso al ofrecer una tarifa de 0,7088 euros, mucho más baja que los 0,79 que su rival había puesto sobre la mesa. 

La Generalitat justificó su decisión en base a que el grupo de Acciona “ofrecía un mejor precio del agua”. Agbar ha anunciado que recurrirá la decisión del Gobierno catalán al considerar la oferta ganadora inviable. Pero más allá de las peleas, la puja ha puesto de relieve que hay apetito extranjero por la marca España a un precio. Y en concreto la estructuración de esta operación ha sido determinante.

“Calculamos que debe dar un retorno entre el 12% y el 15% TIR de fondos propios. Lo bueno de esta concesión es que se ha estructurado bien, sin riesgo regulatorio, ya que hay un mecanismo pre fijado para la determinación de las tarifas”, explican fuentes cercanas al proceso.

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