Los inversores han llevado de nuevo a los mercados españoles a cotas (casi) de rescate, ante la pasividad del Gobierno español de solicitar la ayuda financiera. La tregua tras el anuncio de Mario Draghi de compra de bonos de países periféricos se ha acabado. Veinte días después del anuncio del presidente del BCE, la comunidad financiera ha renovado la presión sobre España que se había apaciguado en estos últimos días. El bono español ha finallzado en el 6,07% de interés, lo que eleva la prima de riesgo (diferencial entre el título de deuda español a 10 años y su homólogo alemán) a los 461 puntos básicos, tras un aumento de 45 puntos básicos en un día aciago. Rajoy ha querido manejar los tiempos y el mercado le recuerda que no manda él. La caída también ha tenido réplica en la bolsa, que ha caído un 3,92% con Acciona, FCC o Sacyr con recortes superiores al 9%.
Esta súbita alza de los precios a los que se intercambia la deuda española en el mercado secundario venía siendo avisada desde hace varias semanas por todo tipo de analistas y especialistas en el mercado, y reputados nombres del mundo empresarial español (como el presidente del BBVA, Francisco González) han hecho declaraciones avisando de la conveniencia de pedir el rescate cuanto antes, como también bancos de inversión foráneos como JP Morgan.
Sin embargo, ha sido horas después de conceder el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, una entrevista al diario estadounidense 'The Wall Street Journal' cuando se ha producido esté súbito avance de los intereses que se exigen en el mercado secundario de deuda. En este encuentro con el periódico financiero, Rajoy anunciaba que pediría la ayuda financiera si los intereses se mantenían "demasiado altos por demasiado tiempo" pero se resistía a dar fechas concretas, como viene haciendo tanto él como su Gobierno en las últimas fechas.
En mercado, destacan el presidente se ha visto obligado a ir modificando su discurso conforme le golpeaban los mercados. Primero decía que tal vez no haría falta solicitar el rescate, luego que lo haría siempre que la condicionalidad no fuera extrema y hoy mismo ha llegado una sacudida, después de que Rajoy supeditara la solicitud oficial a unos tipos de interés altos. Pues bien: ya tiene estos tipos altos, para desesperación de esa comunidad financiera que le solicitaba actuación rápida.
“El rescate de España es una refinanciación y ya se sabe cómo son: si se solicitan en momentos agónicos son leoninas, pero si se piden cuando la cosa no es del todo desesperada, las condiciones del mercado son algo más aceptables”, decían desde una casa de capital riesgo.
Europa, en manos del BCE
“Rajoy sigue sin darse cuenta, al parecer, de que el mundo está en manos de los bancos centrales y sus inyecciones de liquidez. Pretender hacer equilibrios políticos en ese contexto es absurdo, no tiene ninguna capacidad”, añadían desde una banca privada. Sin embargo, el Ejecutivo ha querido manejar los tiempos y los mercados han perdido la paciencia.
Si a eso se le une la crispada situación política con la convocatoria de elecciones en Cataluña y los disturbios sociales de ayer en Madrid, el resultado sólo podía ser este.
Las caídas fueron duras para Endesa (-4,28%), Repsol (-4,47%), Telefónica (-4,67%), BBVA (-4,83%) o Bankia (-5,10%). En el lado positivo, sólo se salvó in extremis de las pérdidas Enagas, que repuntó un testimonial 0,06%. Inditex (-0,80%) y Grifols (-,1,67%), las dos 'perlas' del Ibex, estuvieron entre las menos penalizadas.
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