El momento para España es complicado, ya que se perciben de nuevo miradas torvas desde Alemania, se está desempolvando la idea del rescate e incluso llegan nuevos artículos apocalípticos desde la prensa británica. Sin embargo, BBVA, Telefónica o Repsol han colocado importantes cifras de deuda en los últimos tiempos exclusivamente entre inversores foráneos, con alta demanda.
Los mercados extranjeros no están cerrados en absoluto, por tanto, para las grandes corporaciones domésticas. Telefónica ha colocado esta semana 750 millones de euros en deuda a seis años, mientras Repsol hizo lo propio con una emisión de 1.200 a siete. Ambas operaciones se han vendido sólo entre inversores internacionales, principalmente entre alemanes, aunque también entre inversores británicos o austríacos.
Más de 12.000 millones
En lo que va de año, se han colocado más de 12.000 millones de euros, con algunas operaciones relevantes, como las novedosas preferentes institucionales de BBVA, también colocadas en EE UU y Asia. En este último caso, hubo más de 200 peticiones de compra tan solo por parte de inversores estadounidenses.
Las compañías más relevantes del Ibex son buscadas casi con desesperación por parte de grandes fondos de pensiones internacionales, cautivos por las inyecciones de liquidez que han dejado casi sin diferenciales a la deuda soberana.
Las garantías liquidez masiva e incluso avisos como el de Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo (BCE), en los que avisaba que podía dejar la facilidad de depósito del banco central incluso con tipo negativo, han sacudido los mercados.
Los operadores están inmersos en un proceso de ‘search for yield’ que ha generado ya una burbuja de deuda pública. Ahora, con los tipos bajo mínimos (el 10 años español está por debajo del 4%), la liquidez busca extra tipos en la deuda corporativa doméstica.
Es una cuestión de escasez de colateral y las grandes corporaciones españolas tienen un rating similar al del Tesoro, con más diversificación de mercados sus depósitos colocados en muchos bancos internacionales. Están menos expuestos a un posible rescate por parte de las autoridades europeas. Es un papel bueno, que incluso se permite el lujo de ser colocado por debajo de los tipos del Tesoro, como ocurre con Telefónica o Repsol.
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