Hace un año y medio, arreciaban los informes apocalípticos sobre España por parte de las gestoras de fondos, bancos de inversión y gurús variados. Hoy, la cosa es radicalmente al revés: parece haber rivalidad entre los brokers por comprobar quién proclama el titular elogioso más encendido sobre nuestro país. El discurso ha cambiado radicalmente, aunque el objetivo es el mismo: obtener rentabilidades de vértigo y si es por la vía rápida, mejor. ¿Están calentando las cotizaciones, por tanto, para soltar un repentino alud de ventas cuando convenga a los autores de estos documentos?
Corrían los primeros meses de 2012 y los nombres de Bill Gross (Pimco), John Mauldin, Paul Krugman, Nouriel Roubini, Joseph Stiglitz… eran célebres por sus ataques a España y sus anuncios de rescate, quita de deuda, corralito, salida del euro, quiebras bancarias...
Los medios anglosajones tampoco se quedaban atrás y no cesaron su fuego a discreción contra todo lo ibérico hasta finales del pasado año. La cantinela “The pain in Spain” era casi una sección fija en el Financial Times o The Wall Street Journal.
"Si quiebra, nos forramos"
Entre los agoreros más notorios, cómo no hablar del hedge fund Carmel, que emitió un informe absolutamente devastador sobre el país, con datos que no eran falsos, pero suponían una perfecta recopilación de todo lo malo, sin el menor atisbo para la esperanza. El cataclismo estaba cantado. Sólo había un pequeño matiz en ese trabajo: reconocía estar arriba de cds sobre España. Si lograba la quiebra del país, obtendría una rentabilidad del 300%.
Es decir, la idea de inversión que vendía a sus potenciales clientes era la quiebra de España. A eso jugaron los bancos de inversión, hedge funds, especuladores... Esos que Zapatero intentó localizar empleando al CNI.
El pasado año y parte de este, nuestra economía ha sufrido lo indecible, víctima de inversores bajistas que la emprendieron con todo activo español, ya fuera deuda, acciones o híbridos.
Todo ello forzó una intervención masiva de los bancos centrales para frenar una operativa que se llevaba por delante a los países e incluso al euro. El culmen fueron las famosas (y algo chulescas) palabras de Draghi: “haré lo que sea para defender la unidad del euro y créanme, será suficiente”.
Meses después, con los mercados apaciguados a base de heroína de banco central, comenzaron a aparecer informes favorables sobre España. De repente, se dio la vuelta a la tortilla y el que no tomara posiciones en el mercado doméstico se iba a perder algo casi tan bueno como el Euromillones.
Arcano, el primero
Tal vez, el primer disparo lo dio Arcano, con un sorprendente y estimulante documento, que exhortaba a entrar ya mismo en España. Desde luego, el que le hiciera caso, estaría ganando más de un 10% en el Ibex. Por su lado, la prima de riesgo está en mínimos anuales.
Así, se ha ido sucediendo una lluvia de opiniones favorables a España y lo que parecía increíble, sus bancos, tanto desde firmas domésticas (Santander, BBVA, ATL Capital, Arcano, Bestinver, Gesconsult…) como internacionales, con mención especial para Morgan Stanley.
Viva Morgan
Esta entidad lleva meses deshaciéndose en elogios sobre la economía doméstica, pero lo de este mes ha sido para nota: The new Spain, decía el pasado día 9, hablando de economía y banca; “Viva España” anteayer mismo, refiriéndose a la renta fija. Antes, había dicho que éramos mejores que Francia y que íbamos a ser “la nueva Alemania” europea.
HSBC, Credit Suisse, JP Morgan, UBS… son algunas de las firmas que han ido mejorando su opinión sobre España, con mención especial para su visión sobre los bancos. ¿Se trata de valoraciones totalmente sinceras, emitidas sin más, que reflejan una imagen fiel del país o esconden intereses ocultos?
Cargados de España
Lo que sin duda hay detrás es que los más favorables son los que tienen sus carteras más ‘cargadas’ de activos españoles. De la misma manera que a Carmel le interesaba hundir los activos domésticos porque estaba corto, los grandes brokers están largos y les interesa subirlos.
No es nada nuevo. A finales de agosto, la publicación americana ZeroHedge revelaba que mientras Goldman Sachs emitía fuertes recomendaciones de venta sobre el oro, debido a su elevado precio, ellos compraban a todo correr a precios más bajos: “mientras le decían a los clientes vende, vende, vende, ellos compraban, compraban, compraban…”.
El resultado fue una caída de la cotización del metal precioso y una fuerte entrada de Goldman a precios bajos.
La causa de la crisis sigue viva
Esto es una consecuencia más de la mezcla insana de banca comercial y de negocios, permitida e impulsada tras la derogación de la Ley Glass-Steagal en EE UU. Así, los bancos pueden tomar posiciones propias, emitir informes favorables a las mismas y hacer que ‘otros’ compren lo que ellos quieren vender, o vendan lo que ellos quieren comprar. La gran causa de la crisis sigue abierta.
¿Oleada de ventas?
No es descartable que en un momento dado llegue una oleada masiva de ventas, por ejemplo, cuando la prima de riesgo baje claramente de los 200 puntos básicos. De hecho, algo parecido le está ocurriendo a Alemania, que se ha beneficiado de ser un activo refugio en esos momentos en los que se pregonaba la ruptura del euro y ahora están saliendo del bund todos los que compraron en el pasado. El martes, su bono a 10 años cerró por encima del 2%, cuando llegó a estar recientemente por debajo del 1,2%.
“Nos han estado visitando de Morgan y nos dejan ver un panorama que llevaría al Ibex a 20.000 puntos”, decían en un banco privado español esta semana. Puede ser que los bancos de negocio estén calentando las cotizaciones para vender ellos cómodamente, dejando ‘entrampado’ al último que llegue, aunque también hay apuntes para la esperanza, como son la entrada de inversores estables en los últimos tiempos: el fondo Apollo ha comprado EVO Banco, Banesco se ha hecho con la red de fuera de Galicia de NVGB, inversores chinos han entrado en NH… Y hay mucho interés por los activos inmobiliarios.
Siempre a bajo precio, porque nadie invierte por caridad, pero hace apenas 12 meses se rechazaba por completo cualquier idea de inversión sobre España. Sin embargo, la euforia escrita de los bancos de negocio parece, cuanto menos, ligeramente exagerada, ya que muchos graves problemas estructurales siguen ahí. Pero, seguramente, no es descabellado decir que cuando aparece un informe bursátil muy definido en un sentido o en otro, la matriz de la casa del documento ha tomado posiciones previamente, en función de sus intereses.
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