Si hace más de veinte años revolucionó el mundo de la dietética con la marca Naturhouse, ahora planea dar un paso más en el concepto de cuidado del cuerpo con los hoteles dedicados a la salud.
Félix Revuelta, el dueño de la firma que ya se ha estrenado en bolsa, pretende repetir el éxito de las tiendas en franquicia, que cuenta con más de 2.000 establecimientos en 27 países, a un negocio dirigido a un público más selecto pero que se encuentra en pleno auge, el turismo por razones de salud.
El año pasado abrió el primer centro de este tipo en el antiguo hotel Las Dunas de Estepona (Málaga), que compró a la Sareb y reformó con una inversión cercana a los 40 millones de euros. Está gestionado a través de Healthouse Sun, englobada dentro de Kiluva, la sociedad que controla las actividades de negocio de la familia Revuelta, entre las que se encuentra la propia Naturhouse.
Precisamente la salida a bolsa el viernes de la firma de productos de dietética - que cerró la sesión con una subida de casi el 4% respecto a los 4,8 euros por acción con que debutó- ha culminado un proceso largamente esperado por el empresario riojano, que le permitirá expandir su negocio a Estados Unidos, Canadá y Australia. No tanto porque necesite capital para hacerlo, ya que no tiene deuda financiera, sino porque es una carta de presentación ante los inversores institucionales, al igual que contar con cuatro consejeros independientes.
El éxito de Naturhouse y el tirón del turismo sanitario, que ha significado 500 millones de euros durante el año pasado para España, son dos de las bazas con que cuenta Revuelta para introducirse de lleno en este mercado, que engloba aparte de los cuidados médicos propiamente dichos los tratamientos de salud, como termas o spa.
Aprovechar el tirón de Naturhouse para expandir globalmente la marca Healthhouse a través de una cadena de hoteles de salud es la nueva apuesta de Revuelta, que estima un período de cinco años para hacerlo realidad, aunque todavía no se conocen más detalles de la operación.
El turismo de salud se ha convertido en un potente reclamo durante los últimos años. De hecho, varios hoteles de lujo de la zona de Málaga también se han reconvertido al calor de unos clientes que piden algo más sol y playa durante su estancia en España. Y un programa convencional de una semana de duración puede superar fácilmente los 2.000 euros.
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