Mercados

Los inversores comienzan a pensar que la subida de tipos en Estados Unidos puede aplazarse a 2016

La decisión de la Reserva Federal de aplazar su decisión de subir los tipos por la influencia de la ralentización de la economía china sobre los mercados emergentes ha abierto el debate sobre si llevará a cabo el proceso este año o lo demorará hasta 2016.

La decisión de la Reserva Federal norteamericana (FED, por sus siglas en inglés) de mantener los tipos de interés entre el cero y el 0,25% ha situado a los inversores de nuevo en la casilla de salida. Aunque la previsión de la mayoría de los analistas preveía que no se produciría ningún movimiento al alza, por la fuerte repercusión en los mercados emergentes que hubiera tenido, especialmente tras las dudas surgidas este verano sobre el enfriamiento de la economía china, la actitud de la FED ha planteado el debate sobre si la subida del precio del dinero en Estados Unidos no será finalmente una opción sine die, toda vez que en el comunicado se mencionaban explícitamente “los recientes acontecimientos de la economía y las finanzas mundiales” como hechos determinantes.

La Reserva Federal norteamericana, a diferencia de otros bancos centrales, tiene encomendada la misión de vigilar la tasa de desempleo y la inflación para valorar los riesgos de la economía. Y con la evolución de estos datos de los últimos meses era difícil no apostar por la subida de tipos en septiembre, como venía anticipando desde hace tiempo la presidenta del organismo, Janet Yellen. El nivel de desempleo se encuentra en el 5,1%, mientras que la tasa de inflación subyacente se sitúa en el 1,8%, cerca del objetivo del 2% marcado por el organismo federal.

Es cierto que la importancia del dólar en la economía mundial como divisa de reserva añade un factor adicional de preocupación sobre cómo podría afectar una subida de tipos en un contexto internacional de incertidumbre y de expansión de las políticas monetarias. Pero al mencionar de manera clara a los factores externos, muchos inversores se preguntan cómo se puede calibrar a partir de ahora la actuación de la Reserva Federal movida por el sentimiento del mercado que por los datos objetivos.

“Puesto que los factores externos pesan más que los internos, podríamos decir que las perspectivas de la FED ahora dependen de las de China, que podría repuntar en los próximos meses gracias a las medidas de apoyo presupuestario, pero el panorama subyacente apunta a una economía cuyo crecimiento se ralentiza”, explica Keith Wade, economista jefe de Schroders.

“La FED lanzó el claro mensaje de que tanto el inicio como el ritmo de proceso de normalización monetaria dependerán también del crecimiento mundial y de la estabilidad en los mercados financieros, dos factores que no puede controlar y cuya evolución no puede prever. De ser así, es muy posible que ocurra un nuevo acontecimiento de aquí a final de año que aconseje retrasar la primera subida de tipos hasta 2016”, señala David Kelly, jefe de estrategia global de JP Morgan AM.

Esta volatilidad de los mercados y de la economía mundial la ha traducido la FED en unas previsiones de crecimiento menores de las previstas antes del verano, con una estimación a la baja de la inflación, seguramente para transmitir a los inversores la idea de que el proceso de subida de tipos será lento y muy gradual.

Con esta condiciones, ¿es posible que en un solo mes cambien tanto los factores externos como para que los datos macro internos pesen más en la balanza? “En estos momentos es posible que se produzca la subida de tipos en diciembre, siempre que los datos aguanten, la inflación y las expectativas de inflación muestren alguna señal de giro al alza y las condiciones financieras se relajen ligeramente. No obstante, el riesgo de que el calendario de subidas se traslade a 2016 es ahora mayor”, afirma Anna Stupnytska, economista global de Fidelity Worlwide Investment.

De hecho, hay quien piensa que si la subida no se realiza el próximo mes, es casi improbable que se llevara a cabo a finales de año, dado que podría impactar en el consumo de las familias por ser un período tradicional de compras. “El riesgo que surge ahora es que el retraso de la subida de tipos presione la inflación en el futuro y que, más adelante, la FED se vea obligada a responder de forma más drástica”, advierte Wade.

Mondher Bettaieb, director de renta fija corporativa de Vontobel AM, estima que octubre será todavía demasiado pronto para ver la subida de tipos, al igual que diciembre, por lo que la decisión quedaría aplazada hasta el próximo año. “Más que la fecha, lo más importante será el ritmo de la subida. El mundo necesita todavía tipos bajos durante mucho tiempo y la FED es consciente de ello, por lo que no actuará en sentido contrario”.

"El mundo necesita todavía tipos bajos durante mucho tiempo y la FED es consciente de ello, por lo que no actuará en sentido contrario”

“Las probabilidades de que opten por volver a aplazar la subida son altas. Dependerá en gran medida de la situación en el resto del mundo. Si la situación en China mejora, la volatilidad se reduce y los indicadores económicos en los mercados emergentes se estabilizan, diciembre es una posibilidad que no puede descartarse. No obstante, teniendo en cuenta que diciembre es tradicionalmente un mes con menor liquidez, creemos que es más probable que aplace la decisión hasta 2016”, apunta Adrien Pichoud, economista jefe de SYZ AM.

“La única certidumbre es que la incertidumbre continúa”, asegura María Municchi, especialista de inversiones del equipo de Multiactivos de M&G. “La ampliación de los factores de los que depende una subida de tipos trae consigo una mayor complejidad en cuanto a los aspectos que han de analizar aquellos que tratan de prever el próximo movimiento de la FED. ¿Hay motivos para creer que estas condiciones cambiarán notablemente a finales de año? ¿Y en 2016? ¿Podemos prever con cierta exactitud cuándo amainarán los riesgos en los mercados emergentes, cuándo se estabilizarán los mercados, cuándo volverá a hacer acto de presencia la inflación?”, subraya.

Teniendo en cuenta que el próximo año hay elecciones en Estados Unidos, muchos se preguntan si el retraso en la subida de tipos no abrirá de facto un paréntesis a partir del segundo semestre de 2016. La solución: a finales del próximo mes de octubre.

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