No corren buenos tiempos para Nissan en sus fábricas españolas, que llevan desde hace ya mucho tiempo con ritmos de producción muy bajos que están poniendo en peligro el futuro de las plantas, un futuro que con la crisis provocada por el coronavirus no ha hecho sino empeorar aún más. Y a todo ello se ha unido ahora la huelga iniciada en una de sus plantas en Barcelona. Porque desde ayer, se ha paralizado la producción de la planta de la Zona Franca que había reanudado el pasado lunes la actividad solo para atender un pedido de 'pick up' para Mercedes-Benz, al quedarse sin piezas para poder seguir trabajando.
Y es que el fabricante alemán, que tiene firmado un acuerdo con Nissan para producir en Barcelona su modelo pick-up Clase X, que comparte casi toda la estructura con el Navara del fabricante japonés, había realizado un pedido de 1.800 unidades de las que apenas se han podido producir un centenar gracias al stock de piezas que había en la planta. Pero la falta de piezas que debían llegar desde la planta de Montcada i Reixac motivada por el paro ha impedido seguir fabricando, un paro consecuencia directa de la huelga iniciada el pasado lunes.
Los comités de Nissan en Barcelona habían convocado desde el 4 de mayo una huelga indefinida en las plantas catalanas para exigir un plan industrial que garantice el futuro de la compañía en Cataluña. Fuentes de CCOO han asegurado a Efe que desde el lunes han trabajado en la planta de la Zona Franca un millar de trabajadores en varios turnos simplemente para tratar de completar el pedido de casi 2.000 unidades para Mercedes-Benz, que debe estar listo a finales de este mes de mayo.
Sin embargo, la parada del centro de estampación de Montcada, que produce partes del exterior del coche, como el capó o el portón delantero, ha dejado sin suministros a Zona Franca, lo que ha obligado a paralizar la producción. Así, tanto hoy jueves como el viernes los trabajadores disfrutarán de días de permiso retribuido, según ha confirmado la empresa, que ha precisado que desde el 4 de mayo la línea 2, la que produce la pick-up, trabajó con normalidad, pero que ahora ha habido que interrumpir la producción por falta de suministros.
Más de 20.000 puestos en juego
Ahora mismo no hay certeza de cuándo se podrá reanudar la producción y los sindicatos esperan que a partir del lunes se vuelva a entrar en el ERTE de fuerza mayor pactado para la planta de la Zona Franca. También estaba convocada a la huelga la planta de Sant Andreu de la Barca, que produce bastidores y suspensiones.
La huelga indefinida convocada por los comités de Nissan en Barcelona es un intento de presionar a la multinacional nipona para que aclare cuanto antes qué planes de futuro tiene para sus centros en Cataluña, en especial para la planta de la Zona Franca, que lleva desde hace meses con mínimos niveles de producción. En este sentido, los sindicatos esperan con atención el 28 de mayo, cuando Nissan presentará en Japón sus resultados, ya que se prevé que esa cita sirva para aclarar el futuro de la planta catalana, que desde hace tiempo trabaja a niveles muy bajos de actividad, lo que ha alimentado el miedo a un cierre de las instalaciones.
Los sindicatos aseguran que la dirección local en Nissan apenas facilita información y que todo el mundo está a la espera de la decisión que tome la multinacional, y alertan de que están en riesgo más de 3.000 puestos de trabajo directos y 20.000 indirectos.
Un serio problema para la industria catalana que ha trascendido hasta la propia Generalitat, que ha insistido en no querer tirar la toalla en el intento de salvar las plantas que el fabricante japonés tiene en Barcelona, aunque advierte de las dificultades que existen en un contexto de enorme incertidumbre por el impacto de la covid-19 y los problemas internos de la multinacional.
El secretario general de Trabajo, Josep Ginesta, ha señalado en conferencia de prensa telemática que el Gobierno catalán, y en concreto la consejera de Empresa, Àngels Chacón, están haciendo todo lo posible para lograr la viabilidad de estos centros de producción a través de su interlocución con la compañía nipona. Admiten, sin embargo, las dificultades que existen, pues se juntan la crisis derivada de la pandemia con un período convulso de la marca japonesa a escala global, ya que se está replanteando sus operaciones y abordando una reorganización interna.
Los sindicatos reclaman a las administraciones española y catalana ayudas y soluciones para evitar que más de 25.000 familias pierdan sus puestos de trabajo, un número que sale de la afectación directa e indirecta que tendría el cierre de Nissan en Barcelona.
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación