Economía

Merkel y Macron apuntan a un cierre sin acuerdo en la cumbre de la UE

Las posiciones son "diametralmente opuestas". La canciller alemana duda abiertamente de que se pueda llegar a un acuerdo. Macron afirma que "aún hay tiempo", pero advierte de la "ambición" de alguno países 

La tercera jornada de la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno en Bruselas apunta ya hacia un cierre sin acuerdo. Después de tres días de negociaciones, las posturas siguen distanciadas y cada vez se reducen más las posibilidades de que el cónclave concluya con un pacto para poner en marcha el fondo de reconstrucción para hacer frente a la crisis desatada por el coronavirus

Así se desprende al menos de las declaraciones efectuadas esta mañana por la canciller alemana, Ángela Merkel, y el presidente francés Emmanuel Macron. Los llamados países frugales (Holanda, Austria, Dinamarca, Suecia y Finlandia) insisten en reducir la cuantía del fondo destinado a ayudas directas y subvenciones, mientras los países del Sur de Europa (liderados por España e Italia) se oponen a que el desembolso del dinero esté condicionado a fuertes ajustes en el Estado del Bienestar y al veto de los frugales.   

Las posiciones son "diametralmente opuestas", según ha reconocido el primer ministro de Luxemburgo, Xavier Bettel. A su llegada a la sede del Consejo Europeo, donde se celebra la cumbre, Merkel ha mostrado sus dudas acerca de la posibilidad de que los líderes europeos logren un acuerdo sobre el presupuesto comunitario y el fondo de recuperación en la jornada "decisiva" de este domingo porque sigue habiendo "muchas posiciones" diferentes entre las capitales.

Macron, por su parte, ha señalado que "aún es posible" llegar a un acuerdo, pero también ha advertido que los compromisos no se harán "a costa de la ambición europea" y ha avisado de que el consenso para superar la grave crisis económica, sanitaria y social que atraviesa la UE es algo que la "unidad" de Europa "también necesita".

Las reuniones bilaterales retrasan la cumbre

Las reuniones bilaterales para intentar desbloquear las negociaciones del fondo europeo de recuperación y el presupuesto comunitario para los próximos siete años han retrasado el inicio formal de la tercera jornada de la cumbre, que estaba previsto para las 12.00 horas de este domingo pero a primera hora de la tarde aún no había comenzado. 

La duda ahora es si se la cumbre se prolongará hasta el lunes (inicialmente estaba prevista para dos días) o si se cierra sin acuerdo y se fija ya una fecha para una nueva cumbre, de manera que lo equipos negociadores puedan tejer las bases del futuro acuerdo. 

El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, ha mantenido reuniones con Merkel, Macron, y con el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, además de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Van der Layen. 

La propuesta de Michel

Sánchez también ha hablado por teléfono con el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, quien ayer propuso reducir en 50.000 millones el fondo de ayudas directas, hasta los 450.000 millones, para intentar convencer a Holanda y lo países frugales, quienes exigen duros recortes en el estado del bienestar de los receptores de las ayudas. 

A cambio, la propuesta de Michel incluía un mecanismo que daría en la práctica a los países frugales la capacidad de vetar el desembolso de la ayudas si consideran que las reformas planteadas por la naciones beneficiarias son insuficientes. Algo a lo que se oponen España e Italia.

España se mostró dispuesta a aceptar que Países Bajos pueda retrasar el desembolso de las ayudas si considera que no se han adoptado reformas adecuadas, pero no a vetar en última instancia el pago de las mismas. El Gobierno de Sánchez confía en que el respaldo de Alemania sea decisivo para que al final no se imponga el veto de los países frugales. 

"Continúa la negociación. De un lado la enorme mayoría de países, incluidos los más grandes: Alemania, Francia, España e Italia, que defienden las instituciones europeas y el proyecto europeo y, del otro lado, unos pocos países, llamados 'frugales'", ha resumido sobre las divergencias el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, en un mensaje publicado a través de las redes sociales.

Orban, el aliado inesperado

Otro de los grandes escollos para el acuerdo es la condicionalidad al respeto del Estado de derecho que, según ha dicho Macron, la mayoría de países apoya. Sin embargo, este principio choca con el rechazo formal de Polonia y Hungría, cuyo primer ministro, Viktor Orbán, ha retado a los socios europeos al defender que si se demuestra que un Estado miembro viola los valores fundamentales "debe abandonar inmediatamente la UE".

El líder húngaro ha acusado del bloqueo de las negociaciones al primer ministro holandés, Mark Rutte, por pedir más control sobre las ayudas del fondo y también por exigir más severidad en la condicionalidad sobre el Estado de derecho.

Del primer ministro holandés, Orbán ha dicho que desconoce la razón por la que le "odia" a él y a Hungría, pero que ha defendido en la reunión que viola el Estado de derecho y por ello debe ser castigado.

"Eso es inaceptable", ha continuado Orbán, quien ha recordado que los 27 no han tomado ninguna decisión en contra de Hungría --el procedimiento sobre Estado de derecho está paralizado desde hace un año-- y les ha emplazado a "negociar y tomar una decisión".

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