Economía

Las nuevas tasas del Metro de Madrid, unido a la falta de supervisión, desatan la picaresca

La mayor subida en diez años en las tarifas del suburbano ha cogido por sorpresa tanto a usuarios como a trabajadores. Mientras, distintos colectivos ya han tomado cartas en el asunto.

La sexta red de metro más grande del mundo tiene dificultades para financiarse en plena crisis.

Tras años de bonanza en los que los kilómetros de red no dejaban de aumentar, el Metro de Madrid debe hacer frente ahora a la fuerte reducción de subvenciones del Ministerio de Fomento, recogida en los presupuestos generales del Estado, y al encarecimiento de los precios de la luz y el gasoil.

Por todo ello, a su habitual subida de tasas del mes de enero, este año hay que añadir un aumento del 10% de media en casi todas sus tarifas, además de un replanteamiento integral del billete sencillo. Y es que con un déficit operativo de 800 millones de euros anuales, medidas como adelantar el cierre a las 00h no parecen ser suficientes para subsanarlo.

El objetivo es que los usuarios lleguen a pagar un 50% del precio total del trayecto, ya que hasta ahora pagaban cuatro de cada diez euros, teniendo que aportar la diferencia la Administración.

El incremento más significativo ha sido para el Metrobús de diez viajes. El billete que permite hacer diez desplazamientos en metro o autobús ha pasado a costar 12 euros frente a los 9,30 euros de antes, es decir, un 30% más. Por su parte, los abonos mensuales suben cerca de un 8%.

Aunque desde Metro de Madrid apelan al 'civismo' de los ciudadanos, la picaresca no se ha hecho esperar

Sin embargo, el cambio más radical se produce en los nuevos billetes sencillos, en circulación desde el pasado 26 de junio. Su coste dependerá del recorrido realizado. Así, las primeras cinco estaciones costarán 1,5 euros, como hasta ahora. A partir de ahí se pagarán diez céntimos por estación adicional hasta un máximo de 2 euros (de 10 paradas en adelante). 

En el momento de adquirir este billete, los usuarios deben especificar su destino y la máquina expendedora realizará el cálculo de estaciones. Según el Gobierno regional, el 45 por ciento de los usuarios del billete sencillo –que suelen ser viajeros ocasionales- recorren menos de cinco estaciones.

Los usuarios se rebelan contra el 'tarifazo'

Aunque se pretende aumentar el número de controles en las salidas, el consejero de Transportes e Infraestructuras de la Comunidad de Madrid, Pablo Cavero, apelaba recientemente al “civismo” de los ciudadanos, especialmente en los primeros meses de funcionamiento del billete. 

Sin embargo, desde que se anunció la subida del transporte público en Madrid, no han dejado de aparecer distintos colectivos que protestan contra el llamado 'tarifazo'. Un ejemplo es Memetro.

Este movimiento ciudadano, surgido en Barcelona al calor de la crisis, se considera una “Asociación Cultural sin ánimo de lucro” que se encarga de recaudar dinero -de cinco a diez euros- entre sus integrantes para crear un fondo común que pague las multas de sus ‘socios’ por no tener billete.

Detalle de un twit reciente de la red 'Memetro'

Además de saldar las multas, que suelen ser de 50 euros en adelante, este colectivo emplea los hashtags #memetroMAD o #alertametro para advertir en las redes sociales sobre la presencia de revisores, miembros de seguridad e incluso perros en las distintas estaciones de la red.

La red de ‘vigías’ también se organiza para intercambiar billetes de metro usados, para así evitar ser multados en caso de que el revisor les pille. Según parece, la lista de espera para poder ingresar en el club no ha dejado de crecer, así como los twits que mandan los simpatizantes con la iniciativa.

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