Varios agricultores concentrados este jueves ante la sede del Parlamento Europeo en Bruselas han prendido varias piras de fuego ante el cordón policial que les separaba del patio de acceso a la Eurocámara, y también han derribado y quemado una estatua del monumento que adorna el centro de la plaza de Luxemburgo, donde están manifestándose. La Policía belga ha utilizado mangueras para, desde el cordón de seguridad montado por los agentes antidisturbios, tratar de apagar los fuegos más cercanos, pero la hoguera en el centro de la plaza con la estatua derribada, trozos de cartón y hierro seguía ardiendo hasta pasado el mediodía, según ha constatado EFE, provocando una nube constante de humo negro que presidía la protesta. El monumento vandalizado fue erigido a finales del siglo XIX y homenajea al empresario industrial británico John Cockerill, que impulsó el sector de la siderurgia y del ferrocarril en Bélgica.
Las protestas se han producido en medio de un ambiente reivindicativo y festivo a partes iguales, con momentos en los que los agricultores gritaban consignas y trataban de acercarse lo máximo que podían a la sede del Parlamento Europeo, enarbolando carteles y muchos de ellos también las banderas de sus países de la UE. Otros también han pasado la mañana tomando cerveza o charlando cerca de las hogueras improvisadas: en el centro de la plaza, cerca de donde ardía la estatua quemada, y han llegado a montar hasta una mesa con comida y bebida, y todo ello con música de fondo y el constante sonido de los cláxones de los tractores aparcados que bloqueaban el paso de vehículos por la calzada de la plaza y por sus calles adyacentes.
La protesta ha bloqueado desde primera hora de la mañana varias calles del barrio de Bruselas donde se encuentran las instituciones europeas, coincidiendo con la celebración este jueves de una cumbre de jefes de Estado y de primeros ministros de los países de la UE.
En las concentraciones han participado cientos de agricultores para denunciar los bajos precios que les pagan las empresas distribuidoras, las regulaciones medioambientales, la sobrecarga administrativa o los acuerdos de libre comercio como el que aún tienen pendiente de concluir la Unión Europea y los países latinoamericanos de Mercosur.
Aunque la oleada de protestas en el campo europeo no era el tema que preveían tratar los líderes de la UE en la cumbre, centrada en el desbloqueo de un paquete de ayuda a Ucrania, algunos jefes de Gobierno, como el primer ministro belga, Alexander de Croo, han defendido la necesidad de abordar este asunto a la entrada de la reunión. Mientras tanto, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, en cuyo país los agricultores protagonizan ya desde hace días importantes protestas, también adelantó en víspera de la cumbre su intención de elevar la cuestión agrícola a la discusión de Veintisiete, con elementos añadidos como el impacto de los acuerdos comerciales con terceros. Macron rechaza de plano el pacto de libre comercio que la UE y Mercosur tratan de cerrar y presiona para que cesen las conversaciones, lo que choca con los intereses de otros socios como España, para quien este acuerdo es una prioridad.
En un intento por calmar los ánimos de los agricultores y a pocos meses de las elecciones europeas de junio, la Comisión Europea ofreció el miércoles aplazar un año la obligación para los agricultores de reservar una parte de las tierras de cultivo a barbecho para recibir parte de los apoyos de la Política Agraria Común (PAC). Para poder acogerse a esta flexibilidad, no obstante, los productores deberán reservar una parte de sus tierras a otros cultivos beneficiosos para la salud del suelo.
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