Ni trabajar desde el domicilio, ni mucho menos los horarios nocturnos, son algo nuevo en la sociedad actual. Sin embargo, son dos tendencias que están aumentando especialmente entre la generación “millennial”. Y es que, en tiempos en los que las nuevas tecnologías permiten realizar muchas labores sin necesidad de ir a una oficina, asuntos como el horario pasan a volverse más flexibles.
Un estudio internacional de ManPowerGroup desvela que, entre el 85 y el 90% de los “millennials” priorizan la flexibilidad laboral, y un 20% prefiere trabajar de noche.
Un estudio internacional de ManPowerGroup, titulado “Las carreras profesionales de los Millennials: Horizonte 2020” desveló que entre el 85 y el 90% de estos jóvenes ven como prioritaria la flexibilidad laboral y el tiempo libre. En concreto, dicha flexibilidad va ligada a veces a la noche, según un informe de KPCB: el 20% de millennials estadounidenses prefieren trabajar en horarios nocturnos. De hecho, según informa la web de salud Humanas.es, los “millennial” trabajan mejor por la noche que las anteriores generaciones.
Cuestión de inteligencia
“Los inteligentes prefieren la noche y tienen dificultades para conciliar el sueño”. Titulares de este estilo han inundado Internet y medios de comunicación en los últimos años. Y es una afirmación, al parecer con una base real, sobre la que se han hecho diversos estudios.
El psicólogo Satoshi Kanazawa llevó a cabo uno de ellos en la Escuela de Economía y Ciencias Políticas de Londres (Reino Unido), y concluyó en que aquellos investigados que habían mostrado un mayor Coeficiente Intelectual (CI) durante la infancia, tendían a preferir horarios nocturnos en su etapa adulta. Así mismo, Kanazawa concluyó que estas personas noctámbulas mostraban también una mayor complejidad cognitiva.
Otra investigación, llevada a cabo por Robert Bolizs de la Universidad de Semmelweis (Budapest, Hungría), mediante encefalogramas de personas dormidas, logró establecer que distintos elementos del sueño están relacionados con el desempeño cognitivo estando despiertos y concluyó que, quienes dormían más tarde, tenían CI más elevados.
El psicólogo Bertrand Regader explicó al diario español La Vanguardia que “estos hábitos nocturnos serían una novedad evolutiva, algo que nuestros ancestros raramente practicaban, puesto que vivían ligados a los horarios diurnos y estaban obligados aprovechar la luz solar” y añadió que “los individuos inteligentes son los que se muestran más capaces de adherirse a unos hábitos novedosos”.
“Una de las claves estaría en la predisposición genética a ser matutino o vespertino”, comentó Regarder y reveló que “existe un gen, llamado ‘Clock’, que se encarga de codificar una proteína reguladora de los ritmos circadianos del sueño”.
“Trabajar por la noche hace más fácil centrarte en el trabajo si tus necesidades familiares te impiden disponer de tiempo durante el día, afectando así a tu productividad”, explicó a Efe Fernando Chornet, Coach Profesional y Doctor en Economía y Gestión de Empresas
Como contrapunto, un estudio de la psicóloga Marina Giampietro, de la Universidad del Sagrado Corazón de Milán (Italia), reveló que los noctámbulos son más propensos a caer en depresiones, sufrir adicciones, y poseer menor estabilidad emocional. Sin embargo, afirmaba que, a la vez, son personas con mayores capacidades creativas. “Hablamos de creadores y genios”, dijo Regarder, “es probable que pensemos en sujetos que no se dejan arrastrar fácilmente por las imposiciones culturales, como por ejemplo el hábito de irse a dormir pronto y levantarse temprano”.
Oficina en el hogar
Respecto al rendimiento laboral de los noctámbulos que teletrabajan, Efe ha entrevistado a Fernando Chornet, Doctor en Economía y Gestión de Empresas y Coach Profesional acreditado por la Asociación Española de Coaching Ejecutivo y Organizativo (AECOP). “Una buena planificación de sus horas de sueño es vital para que su rendimiento no decaiga, ni en su trabajo, ni en su vida personal, y conciliar con la soledad que implica trabajar de noche”, explicó Chornet, quien añadió que “como contrapartida, es más fácil centrarte en el trabajo por la noche si tus necesidades familiares te impiden disponer de tiempo durante el día, afectando así a tu productividad”.
Según el estudio “The Deloitte Millennial Survey”, llevado a cabo en diversos países por deloitte.com, el 64% de “millennials” valoran poseer flexibilidad para trabajar desde localizaciones varias, como el hogar. De acuerdo con este estudio, el 65 % de encuestados cree que esa flexibilidad mejora su balance entre trabajo y vida.
Un estudio de la Universidad de Stanford (California, EEUU), desveló que los teletrabajadores son un 13% más productivos que quienes trabajaban en la oficina
En esta línea, Chornet afirmó a Efe que “el teletrabajo brinda la oportunidad a las personas de poder gestionar su propio tiempo, en un puesto laboral en el que se sienten muy cómodos y pudiendo hacer una conciliación de su vida laboral con la profesional”. No obstante, el coach subrayó que “la familia ha de mostrar un apoyo total, respetando su tiempo de trabajo, de la misma manera que lo haría de estar en una oficina. Que se trabaje desde casa no implica que no tenga la misma importancia”.
Además de esa conciliación, un estudio de la Universidad de Stanford, desveló que los teletrabajadores son un 13% más productivos que quienes trabajaban en la oficina. Algo en lo que coinciden los “millennials” encuestados por Deloitte: el 67% valora la flexibilidad laboral como un incentivo a su productividad.
Cuidado con el tecnoestrés
Pero no todo son ventajas: “Como contrapartida, este tipo de trabajo requiere de una gran capacidad de concentración, responsabilidad y autogestión: ser capaz de mentalizarte de que estás en el trabajo, aunque estés en casa,” advirtió Chornet quien, junto a la autogestión, remarcó otras tres habilidades necesarias para un teletrabajador: “amplio conocimiento en telecomunicaciones, concentración y responsabilidad”.
El coach explicó que “si alguna de estas cosas falta nos encontraremos con trabajadores poco productivos por no saber priorizar su trabajo, tardan demasiado entregándolo o contactando con su empresa, pierden el tiempo con temas ajenos a la compañía o no dan la importancia que tiene a su propio trabajo”.
Además, según el estudio “Influencia de las tecnologías de la información y de la comunicación (TIC) sobre la salud de los trabajadores”, desarrollado por el doctor en Psicología Pedro R. Gil-Monte, de la Universidad de La Laguna (Tenerife, España), existen ciertos riesgos psicosociales para la salud de los teletrabajadores.
De acuerdo con el informe de este psicólogo, que también es colaborador docente del Grado de Psicología de la Universidad Internacional de Valencia (VIU), “las posibilidades de desarrollar tecnoestrés, tecnoadicción o tecnofatiga, son mayores debido al incremento del teletrabajo como consecuencia del uso que este exige de las TIC”.
Por todo esto, Fernando Chornet aconsejó, como buen coach, a los teletrabajadores: “si en la oficina trabajárais un número de horas, hacedlo igual en casa. Tratad de tener vuestro propio despacho donde lo uséis para trabajar y, en esas horas, haceos a la idea de que estáis en el puesto de trabajo”.
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