El año 2015 fue un año electoral y eso tuvo su reflejo en las inversiones. Este año se da una situación curiosa, puesto que vuelve a ser un año electoral, pero con un gobierno en funciones que no puede poner en marcha grandes medidas y se tiene que limitar a aplicar el Presupuesto aprobado. Esto provoca que algunas partidas estén sufriendo ajustes importantes en los primeros meses de 2016, como las inversiones del Ministerio de Fomento, que han caído un 40,3% en los cuatro primeros meses del año.
Si el año pasado por estas fechas las inversiones de este Ministerio sumaban 925 millones, este año apenas llegan a los 550 millones, unos 370 millones menos. El ajuste lo está sufriendo sobre todo la inversión en infraestructuras de carreteras y su conservación, una partida en la que se han invertido entre enero y abril alrededor de 367 millones menos que hace un año.
El Gobierno no ha empezado a aplicar el acuerdo de no disponibilidad de gasto que aprobó Montoro en abril
Y lo peor está por llegar, puesto que fuentes gubernamentales han asegurado a Vozpópuli que aún no se ha empezado a aplicar el recorte de gasto de 2.000 millones que anunció hace poco más de un mes el ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, tras el enfado de Bruselas por el desvío del déficit en 2015. El reparto del hachazo por ministerios está aprobado, pero aún no se ha empezado a ejecutar.
Esto solo puede significar más recortes en la inversión de este Ministerio a lo largo del año, puesto que el Departamento dirigido por Ana Pastor tuvo que asumir el 30% del acuerdo de no disponibilidad, casi 600 millones de euros. El Ministerio de Economía y Competitividad y el de Industria, Turismo y Comercio tendrán que recortar 450 millones y 350 millones, respectivamente. Estos tres Departamentos, los más inversores, asumirán así el 70% del ajuste.
También cae la inversión en Defensa
Entre enero y abril no solo descendió la inversión del Ministerio de Fomento. Los pagos del Ministerio de Defensa cayeron en 142,7 millones por el descenso de la partida destinada a la modernización de las Fuerzas Armadas. En cambio, el Ministerio de Agricultura compensó en parte estos descensos con un aumento de la inversión en 34,5 millones, aunque los pagos totales por inversiones reales cayeron un 28,8% en el periodo analizado.
Las últimas recomendaciones del FMI y la OCDE sugieren que se eleve este tipo de inversión
El descenso de la inversión en infraestructuras contrasta con las recomendaciones que llegan de los organismos internacionales sobre la necesidad de elevar las inversiones en éste área para asegurar el crecimiento económico. A mediados de abril el Fondo Monetario Internacional (FMI) recomendaba este tipo de inversiones a países con un alto nivel de deuda pública, como España, siempre que cuente con margen de maniobra según el Pacto de Estabilidad.
Y ahora se ha sumado a este mensaje la OCDE, que ha publicado sus nuevas previsiones con una serie de recomendaciones de política económica. En concreto, el organismo cree que el actual entorno de tipos de interés inusualmente bajos ofrece a la mayoría de los países de la OCDE un aumento temporal del margen fiscal que puede aprovecharse para incrementar la inversión pública. A su parecer, las necesidades de infraestructuras son significativas en estos países tras años de ajustes y cualquier inversión pública adicional se beneficiará de mayores tasas de rentabilidad.
La inversión eleva el crecimiento
En concreto, la OCDE sugiere que el aumento permanente combinado de las inversiones de calidad combinado con un efecto presupuestario neutral del 0,5% del PIB puede elevar el crecimiento en 3 o 4 décimas el primer ejercicio. A largo plazo un estímulo de esta magnitud puede generar un aumento del producto de entre medio punto y dos puntos en las economías avanzadas, aunque dependerá del modelo que se use. Además, la adopción de medidas colectivas entre las principales economías podría aportar un incremento adicional de dos décimas de media tras el primer año.
Y si la debilidad de la demanda menoscaba la capacidad productiva de la economía, la OCDE cree que aun habría más argumentos a favor de un estímulo liderado por la inversión, puesto que generaría aumentos de PIB más sólidos a largo plazo. El impacto de estas medidas en cada país dependerá, en cualquier caso, de la situación inicial del ciclo económico y, en menor medida, del grado de rigidez del mercado laboral.
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