Pedro Sánchez ha optado por el continuismo en lo económico, tanto en el número récord de ministerios, como en la asignación de las carteras clave. Ahora bien, el reparto esconde alguna que otra sorpresa. La más llamativa es el 'fichaje' de Elma Saiz como sustituta de José Luis Escrivá. La veterana militante del Partido Socialista de Navarra (PSN) será la encargada de gestionar un asunto tan sensible como las pensiones, sin tener experiencia en la materia y en plena polémica sobre la cesión al PNV de cometidos de la Seguridad Social.
El nombre de Saiz es el que más chirría en los círculos económicos este lunes. Llega al cargo aupada por el protagonista de otra polémica: Santos Cerdán, otro militante histórico del PSN, negociador 'jefe' de la amnistía con Carles Puigdemont. Saiz, pamplonica como Cerdán, ha tenido experiencia en gestión económica (fue consejera del ramo con María Chivite). Sin embargo, su perfil está a años luz de Escrivá desde el punto de vista técnico. El hasta ahora ministro conoce al dedillo el sistema de pensiones, tras su paso por BBVA Research, el Banco de España y la AiREF.
Saiz es conocida por la buena sintonía con Bildu, formación con la que pactó los cuatro presupuestos autonómicos de la legislatura de Chivite. La nueva ministra jugará ahora, junto al propio Cerdán, un papel importante en las negociaciones para traspasar al País Vasco la gestión de las pensiones. Es un asunto muy espinoso a ojos de numerosos economistas e inspectores, que ya han alertado sobre la amenaza que entraña para la caja única de la Seguridad Social.
La elección de Saiz choca tanto como la entrega a Escrivá de una cartera de menor envergadura: Transformación Digital. Esa tarea colgaba hasta ahora de Economía y se desgaja para recogerla en un nuevo ministerio. Una de las hipótesis que circulan este lunes apunta a Escrivá como relevo claro de Nadia Calviño, si la vicepresidenta primera acaba marchándose al Banco Europeo de Inversiones (BEI).
Escrivá podría estar en el 'banquillo' de uno a varios meses. Dependerá de si Calviño es nombrada en enero presidenta de la institución o acaba regresando más adelante a Bruselas como comisaria europea; una posibilidad muy factible por el perfil de la ministra y por la buena sintonía que existe entre Pedro Sánchez y los gerifaltes de la Comisión.
Otros ministros económicos
A parte de Saiz y Escrivá, el nuevo equipo económico presenta novedades como la incorporación de Jordi Hereu como ministro de Industria. El ex alcalde de Barcelona llega de la mano de Salvador Illa para cubrir la cuota del PSC. El ex titular de Sanidad y actual líder de los socialistas catalanes ha logrado imponerse a Yolanda Díaz, que aspiraba a que Sumar se hiciera cargo de la política industrial.
De perfil dialogante, se ha rodado en los lares empresariales en los últimos años gracias a su puesto de presidente de Hispasat. Hereu no sólo jugará un papel importante para desatascar los PERTE; es decir, los proyectos financiados con fondos europeos con mayor capacidad de generar actividad empresarial. Además, el nuevo ministro de Industria puede contribuir a tender puentes entre Cataluña y los empresarios. No en vano, la vuelta de las empresas fugadas tras el 1-O -con La Caixa a la cabeza- es uno de los grandes objetivos perseguidos por Junts y ERC en la próxima legislatura.
En las cesiones a las dos formaciones independentistas también jugará un papel importante el nuevo titular de Transportes, Óscar Puente. El ex alcalde de Valladolid, hombre de absoluta confianza de Sánchez, liderará desde su ministerio el traspaso de los trenes de cercanías (Rodalies) a la Generalitat. Y, probablemente, tendrá que negociar una concesión similar al PNV, que también aspira a gestionar directamente sus trenes.
Con la excepción de Isabel Rodríguez, que se queda con la cartera de Vivienda, el resto de los ministerios quedan en manos de sus titulares. Luis Planas se mantiene al frente de Agricultura, pero su nombre sigue en las quinielas de posibles sucesores de Nadia Calviño. También figura en esas apuestas Teresa Ribera, que conserva por ahora un departamento fundamental como el de Transición Ecológica, muy vinculado a los fondos europeos.
Yolanda Díaz, por su parte, seguirá siendo la interlocutora del Gobierno con los sindicatos y empresarios, con un compromiso en el horizonte que defienden los primeros y asusta a los segundos: la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas.
Quien sí sale ganando en el reparto es María Jesús Montero. La ministra de Hacienda, ascendida a vicepresidenta, tendrá que encajar en los nuevos Presupuestos Generales del Estado la factura de las cesiones presentes -y futuras- de Junts, ERC, PNV y Bildu. Y todo en un escenario de tipos en niveles casi récord, con una factura de 40.000 millones sólo en intereses de la deuda y con las agencias de calificación de riesgos atentas a los números rojos de España.
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