La Asociación Española de Directores de Recursos Humanos presentaba hace unas semanas, junto con la Confederación Española de Organizaciones Empresariales y la EAE Business School, un informe que alertaba de un déficit de profesionales tecnológicos en nuestro país. A este déficit, el abogado y empresario Lucio Muñoz ha dedicado todo un libro. Formado en el IESE y ahora gestor de una consultora de recursos humanos, este escritor y colaborador de distintos medios de comunicación ha publicado una obra bibliográfica en la que desgrana asimismo cuatro claves o modelos internacionales que España debería seguir para hacer de la digitalización una socia, y no una enemiga, en la lucha contra el paro.
Lo primero, “digitalizar” la educación siguiendo el faro finlandés
Un informe de la Fundación Cotec ha alertado de que la cifra de puestos tecnológicos sin cubrir ascendería a los tres millones en España en 2020. “Hay que pensar en el largo plazo y lo primero en este sentido es resolver el desajuste entre los jóvenes que formamos y el mercado laboral”, afirma Muñoz. En este sentido, propone considerar el modelo educativo finlandés, y "cambiar la estrategia educativa española por una que apueste decididamente por la digitalización".
“En Finlandia (país referente en los Informes PISA) se ha instaurado el sistema 'Phenomenon Learning' consistente básicamente en digitalizar todo el sistema educativo, incluidas las fases iniciales", incide, sobre este sistema que hace de impresores 3D, pizarras interactivas y laptops herramientas básicas de aprendizaje. "Cada alumno sale con una marca personal digital, con cultura de crear empresas digitales, que pueden convertirse en rentables y competitivas start up en el futuro. Sería muy positivo traer algo parecido a España siempre que no se digitalice el sistema educativo por completo y se complemente con una parte centrada en la educación tradicional”.
Conectar la universidad y la empresa a través del Big Data, como en EEUU
Pilar Llácer, directora del Estudio de demandas profesionales de las empresas del EAE Business School, ha asegurado a Vozpópuli que en España "hay un déficit en la oferta de universitarios de profesiones tecnológicas", algo en lo que coincide Muñoz, que propone en este punto seguir ejemplos de Estados Unidos.
“En determinadas universidades de EEUU se han implantado sistemas Big Data para ajustar las ofertas laborales, sobre todo de tipo digital, que demandan las empresas con los perfiles curriculares que produce la Universidad", explica Muñoz, poniendo el ejemplo de la Macomb Community College, de Michigan, donde se instaló un sistema Big Data financiado por fondos públicos para acortar la brecha entre los empleos ofertados por las empresas automotrices del Estado (el corazón de la industria automotriz 'green' en el país) y las destrezas requeridas para los mismos.
"Estos sistemas Big Data han podido conectar las demandas y exigencias empresariales con las estrategias educativas de las universidades a través del 'análisis de datos'. Pero, además, los sistemas Big Data implantados en la Universidad son capaces de “predecir hechos”, en este caso, han podido predecir determinados comportamientos laborales que experimentarán los futuros demandantes de empleo, es decir, los actuales estudiantes universitarios. Igualmente, los Big Data también pueden ayudar a predecir los cambios que se producirán en el futuro en el mercado laboral”.
El modelo de Estonia o la digitalización de la Administración Pública
La Asociación Española de Autónomos (ATA), al igual que el resto de asociaciones empresariales, reclaman al Estado un mayor empuje de la digitalización para corregir las "demoras" de la Administración en la concesión de permisos. En este sentido, Muñoz propone el modelo estonio.
"En Estonia, se ha llevado a cabo una política estratégica estatal consistente en inversiones públicas cuyo objetivo ha sido digitalizar globalmente la Administración Pública. Todo ello, para dotar de eficiencia a la misma y, por tanto, mejorar los servicios públicos", señala Muñoz sobre este sistema cimentado sobre el principio de "pedir información al ciudadano solo una vez" y "usarla al menos dos veces", y que, entre otras cosas, permite a los estonios pedir recetas médicas, pagar sus impuestos y registrar documentos a través de Internet.
"En España, el proyecto de digitalización de nuestra Administración Pública, que ya está en marcha, no surtirá el efecto que las empresas y la economía española necesitan. En este sentido y al contrario de los efectos que está produciendo la digitalización en las empresas privadas (por ejemplo, en la banca: en forma de cierre de sucursales, despido de trabajadores e incremento de la competitividad), la digitalización de la Administración no acarreará en España el despido de aquellos cientos de miles que están enchufados por los partidos políticos y, por tanto, no tienen asignada funciones laborales".
El modelo canadiense o la creación de valles empresariales tecnológicos de IA
Hace unas semanas saltaba la noticia de que en España en torno a la mitad de los titulados con másters cobran menos de 1.200 euros, según un informe del Observatorio de Empleo y Empleabilidad. Jorge Martínez, autor del informe, ha señalado a Vozpópuli que en España "falla la estructura productiva", cada vez más incapaz de aprovechar plenamente a los trabajadores cualificados, y arremetía contra los "recortes" del actual Gobierno en la partida de Innovación y Desarrollo.
"En España, el modelo productivo no es otro que el de turismo low cost, la inversión pública en Innovación y Desarrollo está considerablemente por debajo de los países económicamente más competitivos del mundo", asevera Muñoz, que apuesta en este punto por seguir el ejemplo de Canadá.
"Allí se ha apostado de manera estatal por desarrollar políticas de inversión pública encaminadas en el desarrollo de la inteligencia artificial utilizándola como motor de creación de empleo, atracción de inversión interna y externa", apunta, en alusión al recientemente inaugurado Instituto Vector de Inteligencia Artificial en el que el Gobierno canadiense ha invertido al menos 130 millones de dólares, y que ha conseguido también atraer inversiones de Google y otras empresas privadas. "Los avances e innovaciones en materia de desarrollo de la inteligencia artificial experimentados por las empresas instaladas en el valle tecnológico de Toronto se han extrapolado y aplicado a la Administración Pública canadiense en materias tales como la sanidad, la educación, la justicia, la seguridad, y el resultado de ello ha sido la mejora de los servicios públicos canadienses, el crecimiento del empleo y la potenciación de la competitividad de las empresas".
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