El plan de Moncloa para afrontar la crisis cuenta con una subvención al precio del gas con el que se produce electricidad, una ayuda a los carburantes y un límite en el precio de la bombona de butano. Tres medidas que impulsarán el consumo de hidrocarburos en España pese a los precios y que cambian la senda verde que lidera en el Gobierno la ministra Teresa Ribera.
La semana pasada fue un reflejo de este cambio de tendencia. Mientras el Gobierno celebraba la ampliación de las ayudas a los carburantes hasta final de 2022, la Comisión de Transición Ecológica del Congreso arrancaba el debate sobre la creación de un Fondo Nacional para la Sostenibilidad del Sistema Eléctrico (FNSSE). Una medida que pretendía cargar sobre petroleras y gasistas el despliegue de renovables para bajar la factura eléctrica. Un plan diseñado por Ribera y que estaba cerca de ver la luz.
Un día antes del consejo de ministros extraordinario y a tres días de que este fondo saliera del Congreso rumbo al Senado para ser aprobado, la Comisión decide aplazar la aprobación del fondo. La versión oficial fue que esta medida “colisionaría” con el plan anticrisis de Moncloa. La extraoficial fue que este nuevo ‘rejonazo’ a los hidrocarburos, ya que la medida prometía elevar de manera inmediata en diez céntimos el precio de la gasolina, sería muy impopular en tiempos en los que Moncloa necesitaba popularidad.
Ribera se quedaba sin una de sus medidas estrella. Pedro Sánchez sería el encargado de presentar un día después “su paquete de medidas”, tal y como lo describen fuentes gubernamentales, y las vicepresidentas tendrían que esperar a que terminara su discurso para comunicar las medidas que afectasen a su “negociados”. El equipo de Ribera celebraba entonces una nueva rebaja en los impuestos de la factura eléctrica y la congelación del precio de los gases licuados de petróleo envasados, la popular bombona de butano.
Una segunda medida que, más que ayudar a su responsabilidad de ‘Transición Ecológica’, aliviaría al ‘Reto Demográfico’. El presidente se encargaba también de asumir el nuevo conflicto con las energéticas, con el anuncio del nuevo impuesto a los beneficios excesivos. Un nuevo choque de comunicación entre Moncloa y Transición Ecológica donde ha coincidido la salida de la directora de comunicación de Teresa Ribera. Según ha podido saber Vozpópuli, Araceli Acosta vive su última semana en el equipo de la ministra tras un intenso fin de semana.
Moncloa, más gas y gasolina
Desde el sector energético consideran que, en este cambio de planes, el Gobierno ha reculado porque ahora “la gran obsesión es la inflación”, destacan. Desde Moncloa han rebajado la asfixia que provoca el alza de los hidrocarburos pese a ser productos emisores de CO2. No obstante, el plan de Sánchez apuesta por la subvenciones a estos productos y descarta reducir cualquiera de sus múltiples impuestos, tal y como hace con la factura de la luz.
Entre sus medidas destaca la congelación del precio de los gases licuados de petróleo envasados, la popular bombona de butano. El precio de 19,55 euros, fijado en la última revisión, el pasado 12 de mayo, se mantendrá hasta fin de año.
"La extraordinaria y urgente necesidad de esta medida de protección social, de carácter temporal y excepcional, se justifica ante la imprevisibilidad, gravedad e inmediatez de esta situación, y tiene por objeto mantener el precio máximo, antes de impuestos, del GLP envasado con un valor igual al actualmente vigente durante las revisiones del precio que se lleven a cabo hasta el 31 de diciembre de 2022; con objeto de amortiguar la excepcional subida de cotizaciones internacionales del butano y del propano", explican desde el Gobierno
Otro de los puntos claves del plan es que se prorroga la bonificación extraordinaria de 20 céntimos por litro de combustible que empezó a funcionar el 1 de abril y estaba prevista su finalización el 30 de junio, pero ahora, ante la persistencia del alza de precios, se prolonga hasta el 31 de diciembre de 2022. La bonificación beneficia principalmente a los transportistas, pero también al resto de usuarios. La estimación del Ministerio de Hacienda es que esta ayuda al carburante, entre julio y diciembre de 2022, se eleve hasta los 4.038 millones de euros.
Límite al gas
El límite al gas es otra decisión de Moncloa que subvenciona la producción de electricidad quemando gas. Esta intervención del mercado mayorista de la electricidad se realiza con un precio máximo de venta a la electricidad de las centrales que usan gas o carbón en su producción.
Las primeras estimaciones que se manejan desde el mercado hablan de un aumento del coste de esta medida de 1.500 millones de cada ‘susto’ en el mercado del gas. Unos ‘sustos’ que se cifran en incrementos de 10 euros/megavatio hora (MWh). Desde el sector consideran este cálculo porque un incremento así supone una subida en la subvención en cada MWh de 18 euros, teniendo en cuenta la eficiencia de un ciclo combinado de gas.
El precio total de la medida que se está considerando son 4.500 millones de euros en su año de vigencia y con precios del mercado que ronden los 80 euros/MWh. Este el coste de limitar el megavatio hora de gas a 40 euros en los primeros seis meses. Y, con una subida de esta tope de cinco euros al mes en esa la última fase, este plan cerrará en mayo de 2023 con un precio de 70 euros. El equipo de Ribera cifra en 50 euros megavatio hora el precio medio con el que se cerrará la vigencia de esta medida.
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