El Gobierno dice ‘no’ a la oferta pública de adquisición (OPA) de los inversores húngaros por Talgo. La Junta de Inversiones Exteriores, órgano dependiente del Ministerio de Economía, sentencia que la operación de compra del fabricante de trenes español por parte del consorcio magiar Ganz-MaVag es un peligro para la seguridad nacional.
Según adelantaba El Correo, Moncloa insiste en que no puede permitir esta operación por "seguridad nacional". Una alerta que llegaría porque la empresa ferroviaria Magyar Vagon está dirigida por empresarios próximos al primer ministro Viktor Orbán y la operación se hace de la mano del Estado de Hungría, a través de su fondo de inversiones Corvinus.
A las 12:34 horas de la mañana, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) decidió suspender la cotización de Talgo al considerar que se estaba produciendo "retención de información privilegiada" y a la espera de conocer nueva información.
El consorcio Ganz-MaVag ofrecía 5 euros por acción, hasta un total de 619 millones de euros. Un precio que supera en un 20% los 4,1 euros con los que cotizaba antes de la oferta. Pero se necesitaba el visto bueno del Gobierno.
El propietario de Maygar Vagon es András Tombor, un multimillonario húngaro -es una de las fortunas más grandes del país- amante del polo y el vino que en su día realizó labores de asesoría en materias de inversiones estratégicas y seguridad para el país del nacionalista Viktor Orbán, hoy primer ministro de Hungría.
Es una operación que siempre ha levantado suspicacias porque Hungría es considerado por la Comisión Europea aliado de Vladimir Putin, en la actualidad enfrascado en la invasión a Ucrania, en la que sabe que se juega mucho.
Por su parte, el grupo húngaro quiere adueñarse de Talgo por su potencia tecnológico en una industria de presente y futuro. El fabricante, cuya sede social está en la madrileña localidad de Las Rozas, cuenta con una de las tecnologías más avanzadas para un negocio ferroviario que acapara grandes partidas de presupuesto en Europa.
Una mala noticia para Hungría y Talgo
Como informaba Vozpópuli, la OPA era del agrado de los fondos y la dirección de Talgo. Trilantic Capital es el gran accionista, con una participación del 40,03% de la compañía. El fondo de capital riesgo estadounidense es el heredero del negocio de banca de inversión de Lehman Brothers, que, tras su quiebra, fue adquirido por sus antiguos directivos y un fondo de inversión luxemburgués. Su inversión en Talgo data de 2006, aunque en 2015 vendió parte de sus acciones en la salida a Bolsa de la empresa.
El segundo mayor accionista de Talgo es Ana Patricia Torrente Blasco y su family office con un 5,03% del fabricante de trenes. Este fondo de la familia Torrente, del que Ana Patricia controla más del 57%, irrumpió en diciembre de 2022 en el fabricante de trenes con una posición del 3,04%, que hace solo un año amplió por encima del 5%. Otros fondos como la estadounidense BlackRock o la francesa Amundi afloraron recientemente otro 3%.
Los sindicatos eran también partidarios de la oferta, siempre y cuando se respeten los puestos de trabajo y condiciones de los empleados del fabricante ferroviario español, algo que está por ver, tal y como sucede en operaciones de este tipo, lo que les generaba incertidumbre. Ahora, la incertidumbre es para los accionistas tras el rechazo del Gobierno.
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