La guerra comercial en el Mobile World Congress prosigue por segunda jornada consecutiva. De nuevo es la empresa española Fractus la víctima, y la francesa HEM la infractora de las patentes.
El Juzgado Mercantil 5 de Barcelona ha extendido a un nuevo dispositivo móvil de HEM (HEM o KONROW) las medidas cautelares impuestas este lunes. De esta forma ha prohibido a la francesa "realizar actos de ofrecimiento, comercialización o cualquier tipo de explotación de teléfonos móviles y cualquier dispositivo electrónico" que infrinja una patente validada en España por Fractus S.A.
Por su parte, el Juzgado Mercantil 1 de Barcelona ha denegado una solicitud de medidas cautelares de Fractus contra la china Nuu Mobile, "derivada de las diligencias de comprobación de hechos efectuada en el día de ayer al considerar que no concurre el requisito del riesgo derivado de la mora procesal, por aplicación de la doctrina dictada por la Sección 15ª de la Audiencia Provincial de Barcelona, en el asunto Fractus vs. Wiko (auto de 18 de diciembre de 2018)", según ha comunicado el TSJC.
Fractus ganó la batalla a Samsung
Fractus es la responsable de la desaparición de las antenas salientes en los teléfonos móviles. Fue creada en la Universidad Politécnica de Cataluña y en 1999 patentó la antena fractal, una tecnología utilizada en la gran mayoría de dispositivos móviles actuales.
Con su patente se ha logrado integrar la antena en el interior del dispositivo móvil, mejorando así la potencia y utilizar las distintas bandas de telecomunicaciones, como el 3G, 4G y 5G, junto el WiFi y el bluetooth.
Por este motivo, el CTO de la compañía, Carles Puente, fue nominado al premio Inventor Europeo 2014 bajo la categoría de pequeñas y medianas empresas. Puente es profesor, inventor y emprendedor español, responsable del desarrollo de una de las tecnologías más presente en el mercado mundial actual.
Fractus no es primeriza en las batallas judiciales contra grandes compañías. Llegó a ganar las gigantes de las telecomunicaciones, como Samsung, por violación de patentes. Un juez de Texas condenó a la surcoreana a pagar 41 millones de dólares (30,6 millones de euros) a la española, pero se llegó a un acuerdo extrajudicial.
La compañía, con sede en San Cugat del Vallés, tiene en su haber más de 200 patentes registradas, y algunas de ellas son muy codiciadas por los fabricantes de dispositivos móviles.
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