Las brechas de género se han suavizado de una forma impresionante durante los últimos años, pero lo cierto es que siguen estando ahí. Ésta es la principal conclusión del último estudio de la Fundación de Economía Aplicada (Fedea) sobre la materia, que pone de manifiesto que la tasa de participación femenina en el mercado laboral casi ha alcanzado a la masculina, pero las mujeres siguen cobrando mucho menos que los hombres por los empleos que desempeñan. Un 20% menos, para ser más concretos.
Las cifras de la última Encuesta de Población Activa (EPA) del INE demuestran que en España hay actualmente 18,3 millones de ocupados. Casi diez millones son hombres y 8,3 millones son mujeres. Y es que, según Fedea, la incorporación de la mujer al mercado de trabajo es uno de los principales motivos del último gran ciclo de expansión del empleo. En 1985 solo el 35% de las mujeres en edad de trabajar (entre 16 y 64 años) participaba en el mercado laboral y ahora lo hace casi el 70%. Gracias a eso, la tasa de participación de la mujer en España prácticamente ha alcanzado la media europea, y eso que partía de niveles muy inferiores.
Pero siguen cobrando menos. Y eso que están mejor formadas. Actualmente, las mujeres tienen un nivel educativo medio superior al de los hombres en casi todos los tramos de edad. De hecho, el 67% de las mujeres de entre 20 y 50 años ha completado la educación secundaria, frente al 58% de los hombres. Y el 43% tiene estudios terciarios, frente al 36% de los hombres.
La brecha de género se amplía de nuevo a partir de los 30 por motivos como la maternidad o el reparto de las tareas domésticas
Éste avance en educación es uno de los factores que explica la progresión en la incorporación de la mujer al mercado laboral en los últimos años y la reducción de la brecha de género en la participación laboral, aunque aún hay mucho margen de mejora, sobre todo en las generaciones de mujeres de más de 30 años. A partir de ese momento la brecha entre hombres y mujeres vuelve a aumentar. Y según Fedea, hay varias razones que lo explican.
En primer lugar la maternidad, que sigue produciendo cierta desconexión de la mujer en el mundo laboral. España no ha avanzado mucho en este sentido y parece que tener un bebé sigue siendo cosa de mujeres. Son ellas las que suelen reducirse la jornada o dejar de trabajar si llega el momento. También afecta la distribución de las tareas domésticas. Cuanto más desigual es la distribución de estas tareas, mayor es la brecha de género en la participación laboral.
Según el estudio de Fedea, el reparto de estas tareas es mucho más desigual en España que en otros países, puesto que las mujeres dedican 2,5 horas al día más que los hombres a las tareas del hogar, incluyendo el cuidado infantil, 1,4 horas menos que al trabajo remunerado y 1 hora menos al ocio y al tiempo libre. En países como Suecia las diferencias apenas llegan a media hora.
Soportan tasas de paro más altas, más temporalidad y menos salarios
Y las que siguen apostando por el empleo después de ser madres también sufren cierta discriminación: tienen una tasa de paro más alta, están sometidas a una mayor tasa de temporalidad y parcialidad no deseada y cobran mucho menos que los hombres. De media, un 20% menos. En Suecia esta brecha salarial se queda en el 15% y en Italia, un país muy próximo y similar a España, está por debajo del 10%. Curiosamente en Alemania la brecha salarial entre hombres y mujeres es mayor que en España.
Una parte importante del estudio de Fedea se centra en los conocidos como “techos de cristal”, esas barreras difíciles de romper que impiden a las mujeres llegar tan lejos como los hombres. En este sentido, Fedea considera preocupante el porcentaje de mujeres que ocupa la categoría de manager (por debajo del 30%) y asegura que el colectivo está claramente subrepresentado en las instituciones del país, aunque en la media europea. También hay pocas mujeres en la política y solo el 10% llegan a ser ejecutivas de máximo nivel. Y el 3% CEO.
Fedea propone impulsar el permiso de paternidad y cuotas temporales y obligatorias de representación en los consejos de administración
En este contexto, Fedea hace varias propuestas para no desaprovechar la fuerza laboral que supone la mujer en España. A su parecer, hay que mejorar la conciliación y la representación de las mujeres en los puestos de responsabilidad. En concreto, propone gastar más en la educación de 0-3 años para que las mujeres no abandonen la vida laboral cuando se convierten en madres.
Además, cree que hay que impulsar los permisos de paternidad fijando un periodo de tiempo obligatorio (de uno o dos días) e incentivos de forma que cuantos más días del permiso utilice el padre, más días se den a la madre o una mayor remuneración. También cree que habría que avanzar en flexibilidad y racionalización de horarios, puesto que España está a la cola de Europa en este sentido.
Y finalmente apuesta por fijar cuotas obligatorias y temporales de representación femenina en los consejos de administración. Pero sería solo una medida de carácter temporal para romper el monopolio masculino que se eliminaría cuando se alcanzara una verdadera igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres. En Italia, por ejemplo, se han establecido estas cuotas y la presencia de consejeras ha pasado del 6% al 30% en cinco años.
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